El esperpento continúa. La Asamblea Nacional Catalana (ANC) convocó este pasado fin de semana una concentración en Barcelona a favor de un acuerdo "soberanista" para investir a Mas. Se trataba de un acto que debía llevarse a cabo en la plaza de San Jaime de Barcelona, sede la Generalidad y el Ayuntamiento. Al poco de trascender la convocatoria, otro sector de la ANC contraprogramó el acto con una llamada a sus militantes bajo el lema "Mas, deixa pas" (Mas, deja paso), a la misma hora y en el mismo lugar.
Los convocantes oficiales decidieron trasladar por "motivos logísticos" su concentración a la plaza de la Catedral, más amplia, despejada y con mayor capacidad. Fiasco absoluto. Según la prensa digital nacionalista, unas doscientas personas se congregaron frente al templo mientras que otras doscientas lo hicieron frente al palacio de la Generalidad. La división no sólo afecta a la CUP, sino que también asuela a la ANC, el brazo "cívico" con el que Mas ha desplegado su proceso y las últimas grandes manifestaciones de las diadas.
En la ANC admiten el cansancio de las bases, el hastío ante las tediosas negociaciones y la desafección de amplias capas ante la escena política catalana. De ahí que algunos de sus componentes, como los de Súmate, la fracción "inmigrante" de ERC hayan urdido una oferta a la CUP para que admita a Mas en el gobierno de la desconexión pero no como presidente, sino como "consejero" o "comisionado". La iniciativa del "partido" de Rufián ha sido muy celebrada por la CUP, que ha dicho que lo que sea, menos Mas president.