El Rey Felipe VI ha presidido este miércoles su segunda Pascua Militar, marcada por la provisionalidad del Gobierno de España y por la complicada situación política tras los resultados electorales de las elecciones del pasado 20 de diciembre que, si no cambia mucho la situación, abocan a unas nuevas elecciones generales.
Pese a esto, no ha mencionado durante su discurso la compleja situación política y ha preferido centrar el mismo en la lucha contra el terrorismo, que en su ámbito más internacional, tuvo un protagonismo importante a nivel mundial durante el año 2015, especialmente por la actividad del denominado Estado Islámico, así como en el ámbito estrictamente castrense.
Felipe VI ha afirmado que frente "a la embestida brutal" del terrorismo "no cabe el desaliento" y ha abogado por "una reacción valiente y decidida de unidad y firmeza en la defensa de nuestro modelo de convivencia". "Una defensa basada en nuestra fe en los irrenunciables valores democráticos que abrazamos convencidos y con la determinación y el coraje por defenderlos. Porque garantizar la libertad y los derechos de los ciudadanos es una exigencia y una responsabilidad de nuestro Estado de Derecho", ha continuado.
Vestido con el uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, ha destacado la labor que desempeñan las Fuerzas Armadas en las misiones en el exterior, haciendo especial mención a Líbano, misión que visitó durante el año 2015, y a Afganistán, misión prácticamente concluida tras 14 años de despliegue. También ha tenido un especial recuerdo para aquellos que han fallecido cumpliendo con su deber lejos de España.
Don Felipe ha ensalzado asimismo el papel que juegan las Fuerzas Armadas en la sociedad española: "Con su labor están dando un ejemplo de extraordinario de patriotismo, de solidaridad y de compromiso con la paz y la seguridad de personas que les necesitan". Al tiempo que ha recordado el apoyo y muy imagen que se tiene del estamento militar: "La sociedad se siente muy agradecida por la gran labor que realizáis".
El acto castrense ha dado comienzo pasado el mediodía con la llegada de Don Felipe y Doña Letizia a la Plaza de la Armería del Palacio Real, donde han sido recibidos tanto por el presidente del Gobierno funciones, Mariano Rajoy, como por los ministros de Defensa e Interior, Pedro Morenés y Jorge Fernández Díaz, respectivamente. Tras el saludo inicial, el Monarca ha pasado revista a la formación de la Guardia Real.
Después de saludar personalmente a los invitados, los Reyes de España se han trasladado al Salón del Trono, donde se han impuesto una veintena de condecoraciones al mismo número de militares. Acto seguido, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), almirante general Fernando García-Sánchez, ha entregado al Monarca la Bengala de Capitán General, el distintivo histórico de mando supremo de las Fuerzas Armadas, que está en uso desde el siglo XVIII.
Ha llegado entonces el turno de las intervenciones. El primero en tomar la palabra ha sido el ministro de Defensa en funciones, con un discurso en el que ha hecho alusión principalmente a la necesidad de combatir el terrorismo yihadista y los nuevos riesgos que amenazan al mundo. Tras él, y para concluir el acto, ha intervenido el Rey Felipe VI.