El partido antisistema y separatista tampoco quiere elecciones anticipadas e insiste en que "Junts pel Sí" cambie de candidato para emprender la legislatura autonómica de ruptura con el resto de España. Hasta tal punto que ha enviado una carta a todos los partidos y entidades "soberanistas" en la que deja clara su intención de negociar hasta el último minuto pero sobre una nueva candidatura "que refleje el giro a la izquierda del país". La CUP está abierta a seguir negociando. Acepta el reto de Artur Mas de no levantarse de la mesa pero lo que no levanta es la negativa a la figura del heredero de Pujol. Así y en la citada misiva, la formación antisistema declara:
"Los contenidos de la propuesta aprobada por la CUP-CC el domingo día 3 de enero nos reafirman en la posición defendida por la organización durante estos meses. Planteamos y esperamos estar a tiempo de una nueva candidatura a la presidencia de la Generalidad que refleje los cambios sociales y políticos de los últimos años en Cataluña y un plan de choque mucho más ambicioso que permita hacer frente a la emergencia social con el objetivo de construir la mayoría necesaria para avanzar hacia la independencia".
Cuando Artur Mas compareció el martes a mediodía para fijar su posición y advertir de que él es el único candidato, ya conocía el contenido de la carta de la CUP, que principiaba así: "Os queremos expresar nuestra voluntad, si lo consideráis oportuno, de reunirnos con vosotros para evaluar la situación derivada de los últimos acontecimientos". A esa frase debió aferrarse Mas para advertir que se negociará hasta el último minuto. Sin embargo, no ahorró descalificativos para "la mitad de la CUP" que ha votado en su contra. El presidente en funciones de la Generalidad intenta hurgar en la división y contradicciones de la CUP, mete más presión, les acusa de no entender la importancia de un "momento trascendental e histórico" y aplica la máxima presión mediática contra la CUP. Su comparecencia de este martes en el palacio de la Generalidad es una buena muestra. Acusa a la "mitad" de la CUP contraria a su investidura de cargarse el "proceso", de no entender la situación y de un "grave error". Tienen cuatro días, hasta el domingo, para solucionarlo. La CUP, sin embargo, confía en un regalo de Reyes en forma de candidato alternativo. Cualquiera menos Mas. Salvo que una mejora del "plan de choque social" les haga recapacitar.
Hasta las 24 horas del domingo, el desenlace de la cuestión catalana está abierto. Mas no se mueve de su sitio y la CUP reniega de él por quinta vez, pero espera una contraoferta en el plano del "plan de choque". Mas dice que "con los hiperrevolucionarios y su plan no llegamos ni a la esquina". Los "hiperrevolucionarios" piden otra candidatura o en su defecto un plan de choque superior a los escasos 270 millones de euros que la Generalidad de Mas está dispuesta a pagar a la CUP. El "problema", por tanto, no está sólo en Mas sino en la dotación del "plan de choque". "Mientras hay vida, hay esperanza", dijo ayer el líder del "Prusés".