Mariano Rajoy trata de transmitir la idea de que la confección de las listas es algo secundario, que no le da mucha importancia. "La verdad es que sí, tenemos que hacer la lista. Pues no hemos empezado todavía", contestó este miércoles en la SER. Si bien, desde hace ya días, la dirección nacional trabaja con los órganos regionales para intentar encajar las piezas, y no está siendo fácil. "La gente está al borde de un ataque de nervios", se reconoce sin disimulo en privado.
Tras el congreso del PP europeo, en el que el candidato logró una potente fotografía con sus homólogos conservadores pidiendo el voto por él de cara a las generales, los integrantes del comité electoral nacional -que dirige Alicia Sánchez Camacho- se pusieron en alerta. "Cualquier día nos llaman, y empezamos a aprobar candidaturas", fue el resumen de uno de los integrantes. Cabe recordar que, aunque las estructuras regionales pueden sugerir, sólo Génova dispone. Esto es, el dedo divino de Rajoy.
La previsión interna era que, esta misma semana, podría haber noticias. Pero los días pasan, y las especulaciones y la tensión aumentan. En una primera tanda, el partido anunciará sus números uno y Génova ya tiene en mente un acto de Rajoy con ellos. Después, llegará el momento de aprobar las listas completas, con el problema de que el PP verá reducida drásticamente su representación en el Congreso, por lo que bastantes de los hasta ayer parlamentarios "tendrán que buscarse trabajo".
El ambiente lo resumía un diputado pendiente del teléfono: "Me han preguntado si quiero seguir o no, y les he contestado que sí. No me dijeron nada más. Si no me llaman, ya tengo un plan b por si acaso en la empresa privada. Hay que ser precavidos". Otros colegas se muestran más nerviosos: "Tienen que decirnos ya en qué número vamos. Esto no es como hace cuatro años, sino estás en los puestos de salida, ya puedes ir buscando trabajo".
Rajoy, en la SER, solamente desveló que Soraya Sáenz de Santamaría volverá a ser su número dos en la candidatura por Madrid, extremo que se daba por descontado. "No me lo he planteado pero, desde luego, yo estoy encantado con la labor que ha desarrollado a lo largo de estos últimos años. Supongo que sí. No se me ocurre ninguna razón por la que no vaya serlo", arguyó. En cambio, mostró más dudas con respecto al futuro de María Dolores de Cospedal, aunque matizando que se hará lo que ella prefiera. "No he hablado con ella. No sé si quiere quedarse en Castilla-La Mancha o presentarse a diputada", respondió.
Precisamente, la secretaria general del PP lleva días encargándose de presentar a Rajoy un boceto de candidaturas. En los últimos días, ha estado en Galicia, Aragón y La Rioja y este viernes se desplazará a Castilla-La Mancha. Además, los teléfonos no paran de sonar: hay muchos pretendientes para un número reducido de escaños, y las presiones se multiplican.
Hay que partir de la base de que los ministros que han querido -todos menos Pedro Morenés y Luis de Guindos- están en los puestos de salida como números uno, como Isabel García Tejerina por Valladolid, José Manuel García-Margallo por Valencia o Rafael Catalá por Alicante. También que hay dirigentes que se rifan por su popularidad, como Pablo Casado, que finalmente irá por Ávila -del que ha sido representante hasta ahora- tras ser tanteado para Palencia e incluso Alicante. Fernando Martínez Maillo, también vicesecretario general, encabezará la candidatura de Zamora.
Pero, dicho esto, los incendios políticos se multiplican prácticamente en todas las plazas. En Andalucía, Juan Manuel Moreno busca una renovación en las candidaturas, pero no las tiene todas consigo. Según algunas fuentes, ha maniobrado para que Celia Villalobos ceda el primer puesto por Málaga, por poner un ejemplo. Hay problemas en Córdoba -donde el otrora alcalde, José Antonio Nieto, querría ir a la Cámara Baja- o Sevilla -donde también se barrunta la marcha a Madrid de Juan Ignacio Zoido-. Nuevos nombres que provocan el temor de los que formaron parte de las listas en 2011, y que ven cómo podrían quedarse a las puertas de repetir.
Las listas del PP por Cataluña están dando mucho que hablar internamente, y no todos caben -esperan no más de cinco diputados cuando hasta ayer eran once-. La de Barcelona estuvo encabezada por Jorge Fernández Díaz -podría repetir- seguido de Jorge Moragas y otros como José Luis Ayllon o Dolors Montserrat. A estos cuatro, que prevén repetir, hay que sumar a Alicia Sánchez-Camacho, y de ahí que se baraje colocar a alguno de ellos en la candidatura por Madrid.
En este sentido, el equipo de Esperanza Aguirre se pone la venda antes de la herida y sugiere que, en esta ocasión, tendrá poco margen de maniobra para incluir a algún dirigente afín. "Si ya me costaba cuando tenía poder, imagínense ahora", tiró de ironía la líder del PP regional en conversación informal. A lo que sumar que, ahora, también está Cristina Cifuentes, que tiene sus propios intereses.
Ante la sensación de desasosiego, Rajoy defiende su manejo de los tiempos. "No hay prisa", repiten en Moncloa, mientras los posibles parlamentarios aguardan alguna noticia. Como prueba, lo vivido el pasado fin de semana en Alicante, donde varios cargos del PP acudieron al mitin del líder en busca de algún gesto. Allí, el PP prevé perder casi la mitad de sus escaños.