Era el día de la esperada reforma constitucional. Una presentación precedida de la reunión de la Ejecutiva y del Consejo de Política Federal que ha aprobado una declaración sobre el desafío secesionista catalán. Algo que requería la presencia de la baronesa Susana Díaz en Madrid, que ha aprovechado la presidenta andaluza para ser ella quien diera la réplica al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, con una petición de convocatoria a los demócratas.
Después de que Pedro Sánchez presentara su reforma y criticara el "hecho gravísimo, irresponsable y antidemocrático" de la resolución del parlamento catalán, "merecedor de la máxima condena política", y antes de que el líder del PSOE se reuniera secretamente en Moncloa con Rajoy, Díaz tomaba la iniciativa y convocaba a la prensa frente a las escalinatas del Congreso de los Diputados para adelantar la exigencia a Rajoy que "en una situación difícil y complicada como ésta, es urgente que cite a las fuerzas políticas para que tengamos la salida política que algunos pretenden que no se tenga".
Ni un palabra de la reforma constitucional que Pedro Sánchez presentaba minutos antes a la que la federación andaluza daba su respaldo, pero no en público. Más bien al contrario, Díaz dejaba claro que "yo voy a estar defendiendo la unidad, al Gobierno, y al presidente en defensa de la ley y la Constitución" porque lo primero "es la ley". Y advertía, en clave interna, que "siempre voy a arrimar el hombro y lo voy a defender dentro de mi partido". Sí dejó claro que "no me gustó que ayer dijera que él (Rajoy) estaba ahí sólo para defender la unidad de España. Sólo no, ahí estamos todos...".
El 'eclipse' de la reforma
Palabras de Susana Díaz que eclipsaron y desviaron la atención mediática de la reforma constitucional que este miércoles corría a cargo del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con un discurso bien distinto. El líder socialista presentó su propuesta como "la solución a la confrontación y a la división" y que "pasa por la renovación del pacto constitucional". Sin concreciones nuevas, el líder del PSOE evitó mencionar expresamente a Mariano Rajoy al presentar su "alternativa" frente a "quienes empujan a los ciudadanos a un callejón sin salida".
Sánchez se limitó a defender su propuesta de reforma de corte federal como "la respuesta política de envergadura" que se necesita ante "un problema político de primera magnitud", y calmó a quienes se oponen diciendo que "no queremos abrir un proceso constituyente que entendemos innecesario sino hacer propuestas claras, sensatas y viables que puedan ser compartidas por otras fuerzas políticas".
División en el PSOE
La clave de esta dualidad en los discursos de quienes más mandan en el partido socialista subyace en la división interna sobre la respuesta a articular, con o sin Mariano Rajoy. De un lado, Susana Díaz, quien considera que hay que apoyar al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y abrir un frente de acción conjunta acudiendo conjuntamente al Tribunal Constitucional con PP y Ciudadanos -con quien gobierna Díaz en Andalucía- ante la "ruptura de la legalidad" que ha alcanzado el desafío secesionista. Del otro, la dirección de Pedro Sánchez que ha querido evitar la foto en su reunión secreta junto a Rajoy, sin éxito. El secretismo en el encuentro sin cobertura se debe al temor de Ferraz porque la unidad de ambos provoque el rechazo en el electorado que ya sufrió el PSOE tras el pacto de Estado contra el terrorismo yihadista. Reunión sí, pero sin alardes es el resume de una dirección socialista que teme que en la cercanía con el Ejecutivo del PP merme aún más los ya de por sí tocados resultados electorales del PSOE.
En definitiva, tanto el candidato popular como el socialista se mueven con las elecciones del 20 de diciembre y ante el temor de que un movimiento en falso provoque un efecto no deseado en sus perspectivas electorales. Y de ahí que quien no se la juega en estos comicios, la baronesa Susana Díaz, haya sido la que diera el primer paso. Este martes, la presidenta andaluza pronunció las palabras que quiso evitar Pedro Sánchez tras su conversación telefónica con Rajoy: "Yo apoyo al presidente del Gobierno". Y este miércoles en Madrid su entorno dejaba caer la idea de que "tenemos que acudir conjuntamente al Tribunal Constitucional para revocar la resolución del parlament".
Una unidad PP, PSOE, Ciudadanos, "y tenemos que conseguir que se sume Podemos", que no pretende ser un "bloque constitucionalista" para dejar claro que la ley es adaptable a su futura reforma de la Constitución, pero que sirva de mensaje "de altura" ante la envergadura del desafío. La dirección federal rechaza tal idea, ya que entiende que "Rajoy está haciendo un uso electoralista" del conflicto al decir que "mientras yo sea presidente, eso no va a ocurrir". Y se niegan a prestarse a una foto ante el TC que daría la sensación de que Sánchez se pliega al tan criticado "inmovilismo del PP".
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