Un día más el tráfico ha sido protagonista en Madrid y son ya varios desde que comenzó el otoño. La llegada de las lluvias, los consiguientes alcances de vehículos que suele provocar y la pasividad del Ayuntamiento para hacer más fluida la circulación, está resultando un cóctel explosivo cuando se mezcla en la hora punta de la mañana. Este lunes, otra vez, miles de conductores madrileños han puesto a prueba su paciencia en una monumental retención que ha afectado especialmente a la M-30, desde el Nudo de Manoteras y hasta el Nudo Sur, y que ha durado varias horas.
Tantos y tan seguidos atascos empieza a sembrar entre los ciudadanos la sospecha de que semejantes problemas circulatorios no pueden deberse sólo a los elementos y que el gobierno municipal de Manuela Carmena tiene mucha culpa de lo que está ocurriendo.
Cuando se produjo el primer gran caos circulatorio tras la vuelta de vacaciones, el pasado 5 de octubre, todos los partidos de la oposición en el Ayuntamiento, incluido el PSOE, que no suele prodigar críticas hacia al gobierno que sustenta, coincidieron en responsabilizar al consistorio de Ahora Madrid de la gravedad de la situación que se produjo ese día. Los socialistas pidieron entonces un nuevo plan de movilidad, Ciudadanos habló de incapacidad y el PP puso sobre la mesa la necesidad de contar con un departamento que se encargue exclusivamente de la gestión del tráfico en la capital. Este lunes, 15 días más tarde y ante otro tremendo atasco, los populares vuelven a poner en evidencia que la desorganización municipal es la verdadera culpable de lo que ocurre.
En declaraciones a Madrid Es Noticia, el portavoz del PP, Iñigo Henríquez de Luna, ha denunciado que la Dirección General de Vigilancia de la Circulación depende del área de Urbanismo mientras que los agentes de Movilidad son competencia de Medio Ambiente y la Policía Municipal la gestiona el Delegado de Salud y Seguridad. Pero no hay un mando único que aglutine a todos los agentes implicados en la gestión del tráfico de la capital lo que nos deja una ecuación fácil de despejar: caos en el Ayuntamiento=hasta el atasco que viene.