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Tensión en el PSOE: "El ambiente es igual que cuando se marchó Rubalcaba"

Las mujeres socialistas feministas "están que trinan" por la llegada de Zaida Cantera e Irene Lozano, a quienes critican el 'intrusismo'.

Un murmullo creciente ha recorrido la sala de la Fundación Diario Madrid cuando Susana Díaz ha entrado tarde en la reunión del Comité Federal. Una hora y cuarto tarde con el objetivo de hacer notar su expresión ante los suyos y desviar la atención del atril en el momento en que intervenía sus secretario general desde hacía quince minutos. "Susana tiene un cabreo... menuda cara de poker", comentaban a LD fuentes asistenciales a la reunión.

Pero no era la única. La gran mayoría de los barones y miembros del comité reconocen en privado que la designación de Irene Lozano es "un auténtico disparate" que no creen que aporte votos al PSOE y, sin embargo, "deja fuera a muchas compañeras nuestras, que nos faltan en la lista". Y son estas ausencias las que generaron una tensión soterrada en la que la mayoría evitó abrir fuego, aunque diera la sensación de que esto ocurriría en cualquier momento: "Yo miraba a Susana pensando que algo iba a pasar, que iba a hablar, pero al final nada...".

"El ambiente está enrarecido, hay mucho malestar. Es igual a cuando se marchó Rubalcaba. Esta vez hay mucha tensión". El destino de este enfado es el secretario general, a quien atribuyen "demasiadas" salidas de pata de banco. "El fuego se acabará apagando pero hay que dejar claro que es la última vez". Recuerdan estas fuentes la destitución de Tomás Gomez: "te puedes cargar a Tomás, pero después vino Carmona, y el comité de listas regionales y ahora te lo saltas... son demasiadas".

Y el origen del cabreo es múltiple. De un lado, las mujeres, y concretamente, las feministas: "tenemos un chat y ha echado humo desde ayer. No damos crédito a que los dos puestos más relevantes de la lista sean para dos que no son del partido". Zaida Cantera e Irene Lozano. Un pack advenedizo que no es del agrado de las mujeres socialistas que velan por las suyas que además, han sido las daminificadas. En el caso de Zaida Cantera, ocupará el área de Igualdad que siempre ha desarollado la portavoz en el Congreso, Ángeles Álvarez, quien ocupará el puesto ocho de la lista, y a quienes múltiples socialistas le daban con cariño el pésame esta mañana.

En el caso de Lozano, la damnificada es Luz Rodríguez, quien a ser número cuatro y finalmente será número uno por Guadalajara. Rodríguez, una de las más estrechas colaboradoras de Pedro Sánchez, actualmente en su Ejecutiva como secretaria ejecutiva de Emplo, está en ese chat de socialistas feministas: "Está cabreada y es normal", dicen sus compañeras con resignación ante la intrusa.

Pero hay más cabreos. El de andaluza lo dejó patente Juan Cornejo, el representante andaluz de Susana Díaz, en la reunión ayer de la comisión de listas y lo repiten a coro los socialistas andaluces al ser preguntados por la ex diputada de UPyD: "se trata de alguien que nos ha insultado y que no podemos apoyar".

Finalmente, triunfó lo que los socialistas llaman "cultura de partido". La capacidad de tragar saliva y críticas en aras de la serenidad que necesita un PSOE a dos meses de unas elecciones. "No nos vamos a inmolar", reconoce un dirigente, "pero si no estuviéramos a dos meses, el cuento sería otro". También los hay que, siempre en privado, se ceban con una ex dirigente de UPyD, que "podía no haberse cambiado de chaqueta tan rápido, que hubiera dejado su partido antes". Recuerdan que "hace tres meses estaba luchando por liderar su partido y ahora ficha por el nuestro. En estas cosas hay que pasar un luto, como en todo en la vida".

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