Rajoy llama al orden y se hace rodear de todo el PP para frenar la crisis interna
Montoro y Margallo estarán el sábado, junto a Rajoy, en la pretendida foto de unidad. Según Santamaría, el Consejo transcurrió con total "normalidad".
El Consejo de Ministros transcurrió como un viernes más, utilizando los formalismos habituales y abordando las cuestiones en agenda. Presidió Mariano Rajoy, que llegó a las tres de la mañana de Bruselas, y asistieron todos los miembros del gabinete. En síntesis, una fotografía estándar del Gobierno reunido. Pero, alrededor, el ruido político era enorme, y así quedó de manifiesto como pocas veces antes en la rueda de prensa que posteriormente ofreció Soraya Sáenz de Santamaría.
En medio de una semana negra, con un PP sobrepasado por los frentes internos, Cristóbal Montoro irrumpió con una entrevista-bomba en la que acusaba a compañeros de "avergonzarse" de ser del PP, y señalaba especialmente a José Manuel García-Margallo, compañero de mesa del Consejo. "Uno tiene que saber revisar sus ideas con el tiempo porque, si no, es rehén de su propia arrogancia intelectual. Margallo es un hombre muy inteligente, pero los demás no somos del todo estúpidos", disparó.
Las declaraciones del ministro de Hacienda de inmediato incendiaron los pasillos del Parlamento, pero el jefe de la diplomacia española dijo tomárselo con humor. "Es un guasón", contestó a los periodistas el miércoles. "Es una broma que acepto de muy buen grado" porque, remató, "Montoro tiene un gran sentido del humor".
Las aguas, pues, parecían calmarse. Génova movía ficha y organizaba para este sábado en Toledo un acto de Rajoy al que invitaba a los integrantes de la Junta Directiva Nacional, el máximo órgano entre congresos. Y, en paralelo, el presidente despachaba desde Bruselas el encontronazo de ministros y demás jaleos internos con un "estamos animados y contentos".
Si bien, a horas del inicio del Consejo de Ministros, la crisis interna volvía a recrudecerse ya que El Español difundía un audio en el que se escucha a Margallo cargar duramente contra Montoro. "Si eres un ágrafo y no lees… Yo he publicado libros todos los años. Decir que yo estoy congelado cuando yo hablé de la unión bancaria antes que nadie, de los eurobonos antes que nadie, de la reforma constitucional antes que nadie. Pues bueno…", se despacha. Insiste: "Aunque Montoro considere que doy más gloria callado, seguiré opinando incluso si dejo la política. Voy a opinar toda la vida". Llega incluso a insinuar que Montoro empleó la agencia tributaria contra él haciéndole una paralela a sus declaraciones de la renta de su época como eurodiputado.
De inmediato, las nuevas declaraciones centraron prácticamente todas las conversaciones en el Ejecutivo y el PP. Otro incendio. Otra vez, un lío de importantes dimensiones cuando Rajoy busca una foto de unidad en Toledo a dos meses de elecciones. Y, por supuesto, el rifirrafe entre ministros prácticamente monopolizó la comparecencia de la vicepresidenta. Lo importante son "sus decisiones" y no "las reflexiones" que hagan, fue su primera respuesta.
La portavoz del Gobierno tuvo que responder a varias cuestiones al respecto, y siempre negó que hubiera habido cualquier tipo de problema en el despacho semanal. "Son día muy intensos, se ha trabajado como siempre; hasta ahí podíamos llegar", llegó a afirmar. "Nos dedicamos a trabajar, ésa es la petición que se nos ha hecho, trabajar hasta el último día". El Consejo, reiteró una vez más, "se ha celebrado con absoluta normalidad".
Además, en el Ejecutivo se extendió la tesis de que en realidad las declaraciones de Margallo correspondían a un "off the record" y no a una entrevista. "Si él hubiera sabido que se iban a publicar sus palabras, no habría dicho lo que dijo", se sugirió en la Moncloa. Según un ministro en conversación informal, Montoro y Margallo estuvieron "de risas" en su reencuentro."Tienen sus piques, como todos, pero no me consta que se lleven mal", se resumió informalmente, tratando de quitar hierro al asunto.
Importante foto en Toledo
Precisamente, ambos ministros -y otros muchos miembros del gabinete- estarán el sábado junto a Rajoy, en un acto al que se le está dando una gran trascendencia. También se desplazarán los barones territoriales, diputados y senadores. El objetivo del presidente no es otro que reconducir el debate público y poner el foco en las 100 principales medidas aprobadas en esta legislatura y la recuperación económica. "Creemos que en los próximos cuatro años podemos hacer cosas muy positivas en beneficio de los españoles", se reafirmó Rajoy este mismo jueves.
En palabras de un miembro de la dirección nacional, "tenemos que dejar de atacarnos a nosotros mismos". Y de ahí la exigencia de Génova de que no falte nadie, de que no se transmitan dudas sobre la idoneidad del candidato. "A dos meses de las elecciones, quién diga que nos estamos planteando cambiarle es que fuma cosas raras", agregaron desde la Moncloa.
Así pues, la foto de Toledo pretende ser una tirita -tal vez para una herida demasiado grande- con la que resistir hasta las generales. En caso de hecatombe electoral, nadie duda en el PP de que el partido se convertirá en un hervidero el mismo día 21 de diciembre. "Algunos ya están tomando posiciones", según un histórico diputado.
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