Una aviso a navegantes que parte de la convicción de Pedro Sánchez de que las urnas han arrojado "una Cataluña fracturada en dos bloques homogéneos muy semejantes", bajo la premisa del "no rotundo al rupturimo y sí al reformismo". Dicho de otra forma: que Sánchez le concede "legimitidad" al Gobierno de Juntos por el Sí para formar gobierno, pero también al segundo bloque conformado por las segundas y terceras fuerzas de Ciudadanos y el PSC.
A sabiendas de que se trata de una remota posibilidad, el líder del PSOE abogó por Miquel Iceta como "el mejor candidato" al ser preguntado por la conformación de gobierno en Cataluña, argumentando que "es momento de tender puentes" y que "no estamos en gobiernos de frentes, eso no es lo que necesita Cataluña. Por contra, apostó por "un gobierno trasversal que garantice la estabilidad y la gobernabilidad de Cataluña, que ha sido negada".
La clave sería quien llevaría la batuta de los pactos post electorales y qué partidos estarían entre las aspiraciones del PSC. Sin desvelar nada al respecto, Pedro Sánchez se limitó a lanzar otra advertencia para Ciudadanos y su victoriosa candidata Inés Arrimadas, quien ha pedido la dimisión del presidente en funciones, Artur Mas, y la nueva convocatoria de elecciones. "Yo le pido a Ciudadanos no confundir sus objetivos partidistas con los objetivos de Cataluña", dijo Sánchez en una rueda de prensa en la que tan sólo aceptó seis preguntas de los periodistas en apenas quince minutos de comparecencia.
Fuentes socialistas se referían en privado a la exigencia de la candidata de Ciudadanos como una posición absurda ya que "es evidente que un presidente en funciones no puede dimitir", decían con tono de sorna.