Andreu Buenafuente ha abierto este viernes la fiesta mayor de Barcelona, La Merced, con un pregón en el que ha ironizado sobre el momento político -"¿podría ser que el debate identitario nos estuviera quitando un poco el sentido del humor?"- pero no ha dejado de abogar por la secesión: "Estamos cabreados. A ver si en tres semanas dan la independencia y nadie quiere hablar con nosotros por la rabia que damos" ha dicho, según informa Europa Press.
Tras una breve presentación de la alcaldesa Ada Colau, Buenafuente ha defendido el derecho a decidir -ha dicho que cada uno tiene el derecho de hacer lo que quiera sin hacer sentir mal al que discrepe-, y ha asegurado que los ciudadanos elegirán el 27S a unos representantes que deberán obedecerles, y ha insistido en la importancia del humor, advirtiendo: "Deberíamos hacer una estructura de Estado del humor".
Sin "Apocalipsis" municipal
Dirigiéndose a los que esperaban "un Apocalipsis en el Ayuntamiento después de las elecciones municipales", les ha asegurado bromeando que en el consistorio trabaja gente normal que va limpia, y ha dicho que lo único que no ha visto es el busto del rey Juan Carlos I -retirado por el Gobierno municipal en julio-, algo que cree que se debe a que Barcelona no ha tenido nunca una buena relación con la familia Borbón, especialmente desde Felipe V.
También ha hablado del turismo: "Me gusta mucho que venga gente de fuera, pero tal vez deberíamos controlarlo un poquito. Si no, haced caso a los de la Barceloneta", ha señalado.