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Mas 'confiesa' que CDC recibió un chivatazo mediático antes de los registros

El presidente de la Generalidad afirma que en Teyco se calculaba el 3% de las adjudicaciones para que no coincidiera con las "donaciones".

El heredero político de Jordi Pujol, el preferido de Prenafeta, el discípulo de Alavedra, el amigo íntimo de Jordi Pujol Ferrusola, el presidente en funciones de la Generalidad, el jefe de Convergencia, Artur Mas, salió casi indemne de la comparecencia del 3% en una de las jornadas más delirantes del parlamento catalán, convocado en sesión extraordinaria de su diputación permanente. Mas, en un alarde de creatividad, llegó a afirmar que los contables de la empresa constructora Teyco, propiedad de los Sumarroca, fundadores de CDC, calculaban el 3% de las adjudicaciones de las administraciones convergentes para que no coincidiera con las cantidades que donaban a la fundación convergente CatDem. Literal.

Según Mas, lo que más importaba a los gerentes, dueños y administrativos de la constructora es que sus aportaciones a la causa convergente no se ajustaran al tres por ciento del que alertó Maragall hace una década. De ahí el famoso folio de Teyco con los cálculos de las comisiones de cinco ayuntamientos. Se hacía para que el importe destinado a Convergencia fuera inferior o superior, eso no lo aclaró, al antedicho 3%. De ahí los apuntes manuscritos en el papel en la caja fuerte de Jordi Sumarroca, el tres por ciento de cinco obras adjudicadas por ayuntamientos convergentes. Nada que ver con el dinero que en realidad recibía el partido.

Además de "aclarar" la participación de Teyco en las mordidas de Convergencia, Artur Mas acusó a Interior de haber organizado un show mediático, un montaje programado para que marcara el inicio del curso electoral. Llegó incluso a acusar al ministerio que dirige Jorge Fernández de haber advertido con antelación a los medios de la operación judicial contra CDC. Un chivatazo mediático, confesó Mas, puso al partido sobre aviso, con el tiempo necesario para destruir posibles pruebas y preparar un estrategia defensiva.

Albert Rivera, con Inés Arrimadas de testigo, le apretó las tuercas. Iceta, el único número uno, del PSC, que intervino en la diputación permanente estuvo suave y bizantino. El portavoz para la ocasión del PP, Santi Rodríguez, atizó duro, pero le superó el líder de Ciudadanos, que mostró sus tablas en la que pudo ser su última actuación en el parlamento regional catalán. Utilizó el español en su discurso que fue una causa general contra el régimen del 3%, una denuncia de la demagogia catalanista y una revisión de la trayectoria política de Mas, que empezó en una empresa de Lluís Prenafeta, la primera mano derecha de Pujol, y continuó como director general más joven de la Generalidad. Siempre al lado de los Pujol, tal como apuntó Joan Herrera, de Iniciativa per Cataluña, fundida en Podemos, en una de las intervenciones más duras.de la jornada.

ERC preservó la quebradiza coherencia de la plataforma que ha montado con CDC y su interviniente, Marta Rovira, respaldada en silencio por Oriol Junqueras, llevó a cabo una deposición lírica sobre las ventajas de un estado nuevo para resolver como por arte de magia la corrupción. El tono naïf mientras el navajeo entre republicanos y convergentes continúa tras el telón.

Artur Mas se presentó como una víctima de un "Estado de derecho" que permite "delitos" como la filtración de los documentos que muestran el sistema de mordidas de Convergencia, el régimen del 3%. Mas denunció que fue avisado la noche antes de los registros por parte de algún medio de comunicación de que al día siguiente, el viernes de la pasada semana, se produciría la actuación judicial, que en todo momento vinculó a la Fiscalía y la Guardia Civil "que dependen del Estado".

El dirigente separatista comenzó su intervención sobre el 3% sacando pecho por los "grandes esfuerzos" de su ejecutivo en la aplicación de buenas prácticas y máxima transparencia. Metido en harina, en lenguaje coloquial y sobre el caso concreto, afirmó: "A estas alturas de la película, yo ya no creo en según qué casualidades. Yo mismo he visto en mi trayectoria cosas que cogían gran vuelo y luego acaban en nada. Esta actuación está promovida por la Fiscalía y la Guardia Civil, que son poderes que dependen de las estructuras del Gobierno central y que el Ministerio del Interior no tiene una actuación ejemplar ni de buenas prácticas".

Según Mas, la actuación judicial estaría invalidada por la fecha en la que se lleva a cabo: "Se produce con las elecciones convocadas y la legislatura disuelta, a un mes de la fecha de los comicios y ante unas elecciones de una enorme carga política y simbólica. Y casualmente el primer día del gran acto de Juntos por el Sí. Demasiadas casualidades para ser casualidad".

Acusaciones a Interior

También acusó al Ministerio del Interior de haber avisado a los medios de comunicación el día antes. "Algunos de ellos nos avisaron de lo que iba a pasar. Necesitaban que hubiera espectáculo". Prueba de ello, aseguró que "la Guardia Civil se pasó cinco horas en la sede de CDC sin hacer nada, esperando a un secretario judicial. Es decir, se prolonga el espectáculo tanto como se puede".

Pero aún más le ha molestado a Mas la publicación en El Mundo del folio de Teyco, la constructora de los Sumarroca, así como las cuentas de la fundación convergente que prueban las comisiones. "Después hemos sabido -añadió- que se filtran documentos que están protegidos por el secreto sumarial. Eso es peor que el espectáculo porque es una actuación delictiva. Un delito que quedará impune porque a nadie le interesa saber quién filtra esos documentos. ¿Es eso Estado de derecho?".

Tras dejar sentadas las coincidencias entre las vísperas electorales y las investigaciones, el presidente de la Generalidad defendió a la sociedad de los Sumarroca: "Teyco, como otras empresas, ayuda a fundaciones vinculadas a partidos políticos dentro de la más estricta legalidad y transparencia porque estamos hablando de cuentas públicas. Teyco, como otras empresas, contrata con administraciones gobernadas por partidos políticos diferentes. En 2009 Teyco fue más contratada por ayuntamientos que no eran de CiU. Y en la contratación de la Generalidad, en el segundo tripartito, las adjudicaciones porcentuales de Teyco eran superiores a las que ha tenido con cuatro años de CiU". También dejó caer que Teyco no sólo habría hecho "donaciones" a otros partidos.

Todo es culpa de Zapatero

Para cerrar su intervención, Mas advirtió de que las obras investigadas, del año 2009, eran fruto del plan E, que Mas llamó Zapatero. El relato resulta casi descarnado. "Todas esas obras eran obras del plan Zapatero. Y ese plan estaba diseñado de tal forma que no había margen de discrecionalidad. Obligadamente se habían de adjudicar las obras a la oferta más barata. No había criterios técnicos, no había puntuaciones, sólo contaba el precio, mejor precio, adjudicación directa. El control administrativo lo hacía directamente el Gobierno central, fiscalizaba el Gobierno y se adjudicaba a precio. ¿Qué margen tenía un ayuntamiento? No se podía hacer favor a ninguno. El plan Zapatero funcionaba así. ¿Entonces? ¿Qué carajo había que dar a cambio si no había favor?".

La portavoz ocasional de ERC, Marta Rovira, realizó una intervención de carácter vago, difuso y en la línea de vincular el operativo judicial con el "juego sucio" contra el proceso. Un alegato contra la corrupción que pasó por alto en todo momento la implicación evidente de su socio de lista. Ni siquiera empleó las palabras "tres por ciento".

Tras las intervenciones de los grupos, Mas se soltó el pelo y se jactó de haber tomado "decisiones dolorosas" respecto a Jordi Pujol, como la de cerrar su despacho y cancelar su pensión. Primero se refirió a su padrino como "señor", pero a la segunda ya utilizó el término "president". Reconoció su proximidad con el clan pero dijo que se enteró del fraude fiscal continuado de Pujol el día de la confesión. Pero dudó de que exista delito: "Pidió disculpas desde un punto de vista moral porque a lo mejor no hay nada delictivo".

También afirmó que cualquier acusación de corrupción contra CDC y la Generalidad no se sostiene porque su administración es la más transparente de España, según la organización Transparency International.

Mas también habló de las razones que le han llevado a convocar elecciones anticipadas otra vez. A su juicio, todo ha sido culpa del "muro granítico del Estado". Así, manifestó que "todas nuestras iniciativas se han estrellado en el muro granítico de determinadas instituciones del Estado: el pacto fiscal no era consulta, no era derecho a decidir, no era estado propio, no era independencia. Hablo del otoño de 2012 y el Gobierno central se negó en redondo a sentarse en la mesa".

Mitin de Juntos por el Sí

En la línea prevista antes del registro de la Guardia Civil en las sedes convergentes, Mas aprovechó la comparecencia, que él mismo había pedido antes de la nueva réplica del 3%, para dar un mitin: "Aprovecho para pedir respeto para la candidatura de Juntos por el Sí. Debería ser un mensaje muy potente que gente muy diferente se agrupe en un objetivo común, un hecho sin precedentes y que seguro que no se volverá a repetir. Les pido que se manifiesten con respeto para lo que esto significa. Que exista esta candidatura refuerza el carácter plebiscitario de estas elecciones".

En ese sentido abundó que "el 27-S se contarán síes y noes. Entiendo que esto no les guste, pero que no les guste no quiere decir que no forme parte de la realidad. No se engañen, se contarán diputados por el sí y diputados por el no. Que es un poco injusto... Puede ser, pero es lo que hay".

Reuniones secretas con Rajoy

Sin que viniera a cuento, Mas afirmó que entre 2011 y 2012 mantuvo media docena de reuniones secretas con Mariano Rajoy en las que le planteó la necesidad de llegar a un acuerdo fiscal. Rajoy desatendió todas las peticiones, aseveró Mas. "No conocéis nada, no sabéis nada de Cataluña, no sabéis lo que se os viene encima", recuerda que advirtió a Rajoy. El presidente de la Generalidad contó también que en el encuentro que se hizo público, en septiembre de 2012, lo primero que le dijo al presidente del Gobierno fue: "No he venido a pedirte dinero". Eso, alegó Mas, era la prueba de su buena fe.

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