El presidente de la Generalidad, Ximo Puig, que este domingo ha tomado posesión como sexto dirigente de la institución autonómica valenciana, ha asegurado que asume "la voz del pueblo", que les pide "cambio, justicia e igualdad".
Tras prometer su cargo y anunciar sus objetivos de gobierno ante las Cortes Valencianas, Puig, que se ha comprometido a que el nuevo Gobierno esté "al servicio de las personas", se ha dirigido a pie al Palacio de la Generalidad para tomar posesión efectiva de sus nuevas responsabilidades, rodeado de ciudadanos que han podido participar en un ambiente festivo de su primer acto institucional.
Ya como presidente de la Generalidad y al término de su discurso ante Las Cortes, Ximo Puig ha anunciado en el propio hemiciclo que mañana a las doce se conocerá la composición del nuevo gobierno autonómico, pactado entre PSPV-PSOE y Compromís.
El acto en el parlamento autonómico arrancó con la promesa del nuevo presidente sobre la Constitución y el Estatuto de Autonomía y ha continuado con la lectura de una "Proposición", que resume los principios de actuación de su futuro gobierno.
Ha dicho que quiere que su mandato suponga "un cambio fundamental: la recuperación del poder por parte de los ciudadanos y un gobierno al servicio de las personas" y, para ello, ha dicho que estará presidido por la regeneración ética, la lucha contra la desigualdad, una cultura potente y un "nuevo contrato social que modernice la educación, la sanidad y los servicios sociales".
Puig, que ha alternado su discurso en valenciano y castellano, ha asegurado que su gobierno estará presidido por "el avance" hacia un nuevo modelo productivo, con turismo, industria agroalimentaria y reindustrialización como principales ejes, y que además garantizará "la creación de trabajo de calidad", la "igualdad entre hombres y mujeres" y la lucha contra la violencia de género.
También ha apostado por una política "potente, plural, moderna, que cuide nuestras señas de identidad y nuestra lengua y nos sitúe en la vanguardia del conocimiento", además del diálogo entre partidos y universidades, ONG, asociaciones empresariales y sindicales y sociedad civil, a las que convocará para alcanzar Pactos de la Generalidad.
Ha cambiado al castellano para decirle al ministro García-Margallo que el nuevo Gobierno estará presidido por una relación con el Gobierno central "exigente, leal y solidaria". "La Comunitat no puede aguantar ni un día más. Detesto el victimismo, pero más la injusticia", ha señalado, a la par que ha incidido en que "la lealtad entre españoles tiene que ser en los dos sentidos: de la Comunitat al resto de España y del resto de España a la Comunitat".
"No toleraré ninguna discriminación más ni en financiación autonómica ni en inversiones", ha sentenciado y ha señalado que quieren "diálogo, respeto y soluciones".
Ha asegurado que será un presidente "honrado" y "dialogante", el presidente de "un pueblo valiente contra las injusticias" y que trabajará "para unir y no para separar". Puig ha cerrado su discurso con las palabras de Jaime I en su testamento, "Amar y proteger a todas las personas y el pueblo, hacer reinar la justicia y velar para que los grandes no opriman a los pequeños", y ha dicho que "ese es el mandato de esta presidencia".
Han sido testigos de su toma de posesión el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo; el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, y el exministro Ángel Gabilondo, así como la familia (mujer e hijos) del presidente.
Después del acto, el presidente autonómico se ha desplazado andando al Palacio de la Generalidad, donde le esperaba el expresidente Alberto Fabra y centenares de personas que querían acompañarle y hacerse fotos con él en esta jornada que ha confesado es de "extraordinaria emoción y muchísima responsabilidad".
Ha estado acompañado por Mònica Oltra, su socia de gobierno, y el presidente de Las Cortes, Francesc Colomer, en su lento recorrido hasta el Palacio, que se ha desarrollado bajo un intenso calor y donde a los ciudadanos se les ha repartido zumo de naranja y horchata.