A Mariano Rajoy le costó decantarse por Esperanza Aguirre. Como sugiere el entorno de ésta, si el presidente hubiera tenido otra opción "real", hoy no sería candidata. Pero las encuestas y el "olfato" que dice tener provocaron que la eligiera. En una reciente conversación informal, se mostró convencido: "Va a ser alcaldesa de Madrid". Pero en su entorno se desliza cada vez más el temor a que sea difícil de gestionar el terremoto Aguirre.
El jefe del PP posó su dedo divino en Aguirre, pero trató de que no fuera a cambio de nada. El objetivo: ganar más peso en la estructura de Madrid, una auténtica "isla" a sus ojos. Tras una dura negociación, que generó un enorme estruendo mediático, la lideresa se comprometió a dejar la presidencia del partido a nivel regional si consigue ser regidora. "Alto y claro. Si me imponen una gestora, no soy candidata", llegó a decir. También rechazó tajantemente que le impusieran las listas electorales.
Esto ocurrió el primer fin de semana de marzo. Y, de entonces hasta ahora, Aguirre ha revolucionado la campaña, consiguiendo mejorar los pronósticos electorales. La tendencia es positiva. Este viernes, tanto El Mundo como La Razón coinciden en que el PP en Madrid "se recupera", logrando el 35% de los votos y hasta 24 concejales. En todo caso, aún lejos de la mayoría absoluta.
Así, si la preocupación en un primer momento en Génova era perder un histórico granero de votos, ahora parece inquietar que Aguirre despunte con respecto al resto de candidatos del PP, más próximos a Rajoy, y saque un buen resultado. "Saldría reforzada, eso sin duda. Las urnas avalarían su forma de hacer política", coinciden prácticamente todas las fuentes consultadas.
Habrá que esperar al recuento de votos, pero el posible impacto político ya asusta a algunos cargos próximos al presidente. Tanto que, según fuentes de la candidatura de Aguirre, en algunos casos el partido a nivel nacional no está ayudando a Aguirre en su campaña. El paseo que con María San Gil no fue patrocinado por el PP, pero aseguran que hay más ejemplos de un posible boicot.
Mientras, la dirección nacional se reconoce sin capacidad de meter mano en el PP de Madrid. Filtró que intentaría tener más peso en las listas, pero Aguirre se impuso con contundencia tanto en la suya como en la de Cristina Cifuentes. Y existe cierta frustración porque no creen haya cambios en la estructura regional hasta el año que viene, después de las elecciones generales y del congreso nacional –que, en principio, se celebrará a primeros de 2016-. Esto es, Aguirre sería alcaldesa y presidenta de los populares madrileños hasta que todo quede clarificado internamente.
¿Y si Aguirre consiguiera una mayoría absoluta? En Génova y en Moncloa lo ven improbable, pero admiten que -de conseguirlo- se convertiría en el gran referente del partido. "Se llevaría las portadas". ¿Tanto como para intentar rivalizar con Rajoy de cara a las generales? La inmensa mayoría piensa que no. Hasta quienes mantienen viva esa llama opinan que es "muy difícil" que pudiera dar ese paso, con todo el aparato en contra. "¿Por qué voy a descartar? Por no cerrarme puertas, como como dijo Rajoy", fue la respuesta, entre risas, que ofreció la propia Aguirre en esRadio.
En todo caso, si el resultado es bueno, prácticamente nadie duda de que Aguirre saldrá fortalecida y su palabra tendrá aún más peso si cabe en el PP. Y en un momento clave, con las generales a la vuelta de la esquina. Dicen en Moncloa que Rajoy sabía de los riesgos, pero que es más importante sacar el mapa de España bañado de azul la noche del 24 de mayo. Y Madrid es imprescindible. Pero, a su alrededor, todo el mundo murmulla ante "el ascenso de Esperanza".