Que la interlocución de Pedro Sánchez y Susana Díaz es prácticamente inexistente es una obviedad que todos conocen. Que ninguno de los dos tiene ninguna ilusión (siendo benévolos), por compartir cartel en campaña, tras los desencuentros entre ambos, también. Los secretarios de organización de 'ambos partidos' -en la práctica funcionan como tal-, César Luena y Juan Cornejo, son los intermediarios encargados de tender puentes de cara a guardar las apariencias y cerrar encuentros públicos entre ambos, más teniendo en cuenta la gran presencia que tiene prevista Pedro Sánchez en Andalucía en esta campaña electoral.
Pero como ocurrió en la campaña andaluza, Susana Díaz se resiste a dejarse ver con Pedro Sánchez, mientras Luena y Cornejo trabajan en cerrar un solo encuentro entre ambos aunque todavía no hay un acuerdo. Fuentes de la dirección federal no descartan que se produzca en el escenario más probable: Sevilla, el miércoles 20 de mayo, en la segunda semana de campaña electoral. Aunque fuentes del PSOE andaluz "no lo darían por hecho" porque están inmersos en su propios líos internos de cara a la nueva sesión de investidura.
Lo más llamativo es el 'tú a Málaga, yo a Avilés' que parece entonar Susana Díaz ante el inicio de la ruta andaluza de Pedro Sánchez. El secretario general del PSOE comienza hoy su andadura por tierras andaluzas en Granada y Jaén, en el mismo día en que Díaz se encuentra en Huelva. No está previsto ningún acto juntos, ni tan siquiera comida o café... y mañana, el colofón: mientras Sánchez viajará a Cádiz y Málaga, la presidencia en funciones de la Junta pone tierra y muchos Kilómetros de por medio. Según confirman fuentes del PSOE asturiano, por la tarde, tras su sesión de investidura, viajará a Avilés donde compartirá mitin de campaña con el presidente asturiano, Javier Fernández, con quien mantiene unas buenas relaciones.
Así las cosas, Pedro Sánchez hará campaña por libre en el feudo susanista, donde se produjo la primera victoria de su mandato como secretario general del PSOE, pero también donde se encuentra su principal adversaria, que no rival, venida a menos tras la imposibilidad de salir investida como presidenta de la Junta. Algo que a Pedro Sánchez no le quita precisamente el sueño.