La última palabra, como siempre ocurre con las cuestiones importantes, la tendrá Mariano Rajoy. Aunque, a su alrededor, se han instalado dos corrientes sobre cómo afrontar la situación política que atraviesa Susana Díaz, incapaz de erigirse presidenta de la Junta de Andalucía. Este miércoles, formalmente, populares y socialistas abrieron un proceso de diálogo sobre la investidura, y el equipo de Juan Manuel Moreno precisó que no hay "ninguna puerta cerrada".
El presidente, según fuentes de su entorno, preferiría que fueran Ciudadanos y Podemos los que facilitaran de una u otra forma el ascenso de Díaz. Así, el PP podría mantenerse inmóvil en su tesis de que "es la única alternativa real al PSOE en Andalucía", votando "no" hasta el final. Si bien, con el paso de los días, todo se está complicado. Y el debate interno se ha reavivado.
Este viernes, se celebra un segundo pleno en el Parlamento andaluz para votar acerca de la investidura y el PP se opondrá. Así lo reiteró Moreno este mismo jueves: "Le pido a la señora Díaz que asuma los resultados electorales con humildad, que se baje del pedestal para dialogar con todos y busque fórmulas para llegar a acuerdos", le instó. "No hay tiempo material para ningún tipo de negociación", añadió sobre la inminente votación.
No conseguidos los apoyos, la candidata socialista pedirá que se suspendan las votaciones, y el plazo de negociación quedará ampliado hasta el 5 de julio. Esto es, todo volverá a moverse tras las elecciones autonómicas y locales.
En público y en privado, Rajoy se ha mostrado radicalmente en contra de convocar elecciones antes de tiempo. A su juicio, tal extremo sólo está justificado en caso de que un gobierno no pueda aprobar sus presupuestos. Si bien, este mismo lunes, José Luis Ayllón -portavoz autorizado de la Moncloa, mano derecha de Soraya Sáenz de Santamaría- sugirió la posibilidad de abrir de nuevo las urnas en Andalucía. "El PP se presentó como única alternativa posible", defendió ante los periodistas. Fuentes de la dirección nacional también precisaron que el "no" era la única opción posible.
La discusión interna, en todo caso, es un hecho. Por un lado, están quienes creen que "pase lo que pase" el PP debería de mantenerse firme y no abrir la puerta de San Telmo a Díaz. "No lo van a entender nuestros votantes ni ahora ni después del 24 de mayo. Este año es decisivo y no podemos cometer errores", en voz de un presidente autonómico, que dijo desconocer qué hará finalmente Rajoy. "Por supuesto, abstenerse este viernes sería un sucidio", se escuchó a lo largo de la semana a cargos de la cúpula. Pablo Casado y Carlos Floriano aseguraron durante los últimos días que no habría giros.
La otra corriente interna matiza que el PP siempre ha de hacer bandera de la "estabilidad" y la "gobernabilidad". Mensajes, por cierto, que centrarán toda la campaña de Rajoy. Carlos Rojas, el portavoz del PP en la Cámara andaluza y de la entera confianza de Moreno, entregó a su homólogo del PSOE, Mario Jiménez, el documento con las 146 propuestas que el líder de los populares le propuso a Díaz en el debate. Ambas partas recalcaron que el ambiente fue bueno y que no hay líneas rojas, pero habrá que seguir hablando tras el 24M.
El entorno del presidente no ha pasado por alto que Díaz esté ahora a favor de una reforma electoral, que favorezca que gobierne la lista más votada -como lleva reclamando el PP desde hace más de un año-. Si ésta permite que en las capitales de provincia andaluzas gobiernen los populares -las encuestas auguran que ganarán, pero en algunos casos sin mayoría absoluta-, el acuerdo estará más cerca. A lo que sumar que históricos barones siempre han abogado por el acuerdo de cara a la denominada "gran coalición".
"Que recapacite, reflexione y se ponga a trabajar de verdad", instó Moreno a Díaz. Este jueves, se vio con Rajoy en Málaga. La interlocución entre ambos es fluida, y el jefe del Gobierno se ha comprometido a no tomar decisiones sin contar con él. Y, a pocas horas de que diera inicio formalmente la campaña, el líder andaluz elevó el tono contra la baronesa socialista. La dirección nacional explica en privado que un posible acercamiento ahora con el PSOE sería "demoledor".