Ignacio González ha querido hacer un balance final de su gestión, una pequeña despedida antes de que se inicie oficialmente la campaña electoral y lejos de los atriles oficiales: sólo ante un grupo de periodistas el todavía presidente de la Comunidad de Madrid ha explicado lo que considera un buen trabajo para el que lamenta no haber recibido mucha ayuda -"el Gobierno no nos apoyó mucho"- dice recordando no sólo la soledad de algunos momentos sino medidas que ve incomprensibles como el recurso al euro por receta que trató de implantar.
González se muestra distendido y sonriente y demuestra tener un volumen ingente de datos, fechas y hechos en la cabeza: su conocimiento de las entretelas de la Comunidad de Madrid es ingente y, además, usa con soltura unas cifras que cree que respaldan su paso por una presidencia que no ha tenido la opción de revalidar.
Tampoco es completamente autocomplaciente, aunque prefiere no hablar de sus errores, "para eso ya estáis vosotros", pero admite que "seguimos pasando dificultades" y, sobre todo, advierte que de no seguir aplicando las mismas o similares políticas puede haber una marcha atrás: "La crisis sigue, hay gente que lo pasa mal y esto no está completamente consolidado".
González recuerda que los resultados que su gobierno ha obtenido "no son por casualidad" y que si en lugar de seguir los criterios de austeridad y racionalización "te dedicas a dilapidar en gasto público improductivo y a prometerlo todo a la larga te va a afectar".
Resistirse al FLA
Uno de los empeños de la legislatura de González ha sido lograr que la Comunidad de Madrid tuviese suficiente financiación sin tener que recurrir a los mecanismos que ideados por el Gobierno de Rajoy como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), algo que muy pocos pensaron que lograría, tal y como explica el propio González: "Nadie pensaba que íbamos a cumplir y todos pensaban que íbamos a ir al FLA", pero cuadramos las cuentas para no satisfacción de algunos en el bando ajeno… y en el propio".
La razones eran poderosas: "El presupuesto del 2012 estaba inflado y el modelo de financiación perjudicaba enormemente a Madrid porque nos quitaban 1.000 millones, así que tuvimos que hacer un ajuste de 2.700 millones entre septiembre y la presentación de los presupuestos en noviembre".
Para lograrlo González y su gobierno tuvieron que encontrar vías de financiación que hasta entonces ninguna comunidad autónoma había explorado: "Nos buscamos la vida con fondos de inversión fuera de España" y a principios de 2013 lograron un gran acuerdo con dos de los fondos de inversión más importantes del mundo, Pimco y Blackstone, que "nos abrió el mercado internacional", con lo que Madrid ha logrado en estos años, "gracias a la confianza que generamos", según su presidente, evitar acudir al FLA, algo que a juicio del presidente "nos habría impedido hacer la rebaja fiscal" y seguir siendo "la comunidad con menos presión fiscal y la que más recauda".
Un empeño el de no recurrir al FLA que no ha sido fácil y para el que ha habido que resistir no pocas presiones e incluso algún "fuego amigo" al que González trata de dar una explicación lógica: "El Gobierno y Montoro han entendido que la mejor manera de controlar el gasto público era intervenir en las comunidades autónomas –a través del FLA- pero yo pensaba que no y los hechos han demostrado que yo tenía razón". A pesar de ello, el ministro de Hacienda y el presidente "han seguido en esta posición e incluso han inventado el FLA bueno que, como ya hemos denunciado, beneficia a los incumplidores en lugar de a los cumplidores".
De hecho la presión del Gobierno en este sentido podría haber llegado, según han desvelado a Libertad Digital fuentes bien informadas de la Comunidad de Madrid, se llegó a presionar a los bancos españoles para pedirles que fuesen "tan rigurosos" con la administración regional que ésta viese cortada su acceso natural al crédito.
"Ninguna explicación"
El empeño de Ignacio González de no recurrir a al FLA y de no subir algunos impuestos ha sido el hilo conductor de unas malas relaciones con el Gobierno de Rajoy –en las que otros apuntan a la existencia de razones menos confesables- y que han culminado con la forma en la que el todavía presidente ha sido apartado de la posibilidad de ser candidato en las elecciones autonómicas.
"A mí no me han dado ninguna explicación" asegura al hablar de la designación de Cristina Cifuentes como candidata en un lugar que llegó a pensar que era para él. Tampoco ha recibido ninguna llamada de Mariano Rajoy y, por supuesto, no encuentra explicaciones tras una gestión que todo el mundo alaba dentro del PP: "Además no me las tenéis que pedir a mí", sentencia.
Lo cierto es que, más allá de que fuese o no el candidato las formas del presidente del Gobierno han sido criticadas por no pocos dentro del PP, incluso por algunos –siempre en conversaciones privadas- dentro del equipo de Cifuentes.
En cualquier caso, González dice que el no trabajó pensando en ser cabeza de lista: "Mi objetivo no era ser candidato, sino hacer lo que tenía que hacer para que esto fuese bien, y eso normalmente es un aval para ser candidato. Yo he hecho lo que creía que tenía que hacer", resume.
Además, asegura que se ha conducido con lealtad: "Hago las cosas pensando en lo que es mejor, siempre he hablado con el Gobierno y cuando he tenido que decir que no he explicado nuestra posición". Un ejemplo de esa lealtad es para él la crisis del ébola en la que "nos pidieron muchas cosas".
Un balance positivo
En cualquier caso y ya en la rampa de salida, González valora su paso por la presidencia de la Comunidad de Madrid de forma positiva: no sólo porque la región ofrece las mejores magnitudes económicas de España –recuerda datos como el crecimiento económico o el diferencial de paro con la media nacional- sino que su balance se extiende a otras áreas.
Eso sí, el todavía presidente tiene muy claro que "si no se siguen tomando medidas de racionalización el gasto sanitario se puede hacer insoportable, tendremos problemas".
Otro campo que no ha estado exento de polémica ha sido la Educación, pero este es un terreno en el que González también saca pecho: "Hemos apostado por una educación de calidad y por el reconocimiento del mérito y el esfuerzo", asegura, recordando que todos los años se han incrementado los presupuestos y, sobre todo, que "los resultados académicos contrastados por el Informe Pisa nos sitúan muy por encima de la media nacional e incluso de la de la OCDE".
Recuerda también otros aspectos como la Ley de Autoridad del Profesor y los esfuerzos coordinados con las universidades para mejorar la formación de los maestros, la Formación Profesional Dual o la nueva asignatura de Programación y Robótica.
El episodio de Eurovegas
Una de las decepciones de la legislatura ha sido que el proyecto Eurovegas no se haya podido poner en marcha, algo con lo que González tiene claro que se habría convertido a Madrid "en el destino clave para congresos y ferias en Europa, Oriente Medio, África…".
En su opinión "no se resolvió el tema con la suficiente celeridad" a pesar de que Adelson se había reunido con los inversores y había anunciado que si no le daban curso las prioridades de la compañía serían otras.
Y eso aún a pesar de que "el presidente Rajoy se comprometió a arreglarlo todo" en una reunión en la que el propio González asegura haber estado presente, pero "después se tardó mucho". Algo que podría volver a ocurrir "si el Gobierno no corre y hace los debere"" en otros proyectos como la operación Campamento, que podría suponer "miles de millones de inversión y miles de puestos de trabajo".
La relación con Cifuentes
González califica su relación con Cristina Cifuentes como normal, "hemos hablado desde el primer momento, ha habido reuniones con todo el gobierno e individuales con los consejeros", explica asegurando que se ha ofrecido toda la colaboración requerida.
Una colaboración que, eso sí, no pasará porque González participe en la campaña electoral: "No voy a hacer actos de campaña, no tiene sentido que yo esté", asegura.
Su intención es mantenerse en el puesto mientras sea necesario y con todas las consecuencias –"seguiremos gobernando y gestionando lo que tengamos que gestionar y asumiendo las responsabilidades que correspondan"-, pero después quiere "dar un paso atrás y no estar en nada que tenga que ver con la política". Por ahora mantiene sus cargos orgánicos dentro del PP, pero también de eso se irá "desvinculando poco a poco".
Finalmente, González se resiste a hacer un pronóstico electoral: "Las encuestas tienen en estos momentos un porcentaje de distorsión alto", dice. Cree que "Podemos y Ciudadanos van a entrar" pero se pregunta "con qué alcance". Por una parte ve todo "muy abierto", pero al mismo tiempo cree que "con un voto tan repartido" si el PP logra retener a un porcentaje significativo de los indecisos "eso te puede catapultar".