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Rajoy ve en el caso Rato "actuaciones normales" de la Agencia Tributaria

Se desmarca de Rato pero admite que el caso hace daño al PP. Tras una calculada declaración, se subió a un mitin para alertar sobre Ciudadanos.

Se desmarca de Rato pero admite que el caso hace daño al PP. Tras una calculada declaración, se subió a un mitin para alertar sobre Ciudadanos.

Mariano Rajoy espera no tener que volver a hablar de Rodrigo Rato, con quién marcó todas las distancias posibles pese a aceptar que su caso afecta al Partido Popular, envuelto en la vorágine de la precampaña. Para intentar reconducirla tras la conmoción sufrida en los últimos días, al presidente se le preparó una medida declaración, previa a subirse a un mitin en Murcia. Y en la que, por encima de todo, proclamó la independencia de los organismos implicados en la operación que afecta al exvicepresidente.

"Hago una parada para exponer mi posición sobre el señor Rato", reconoció ante los periodistas congregados, que recibieron el aviso de que el presidente rompería su silencio tras la visita a un centro de la Fundación Síndrome de Down. "Lo primero que quiero decir es que, como a cualquier español, no nos gustan que se produzcan este tipo de acontecimientos y esperamos que jamás se vuelvan a producir", destacó tras varios días encerrado en Moncloa, sin hacer declaraciones.

Rajoy admitió que el presunto escándalo -que dio por hecho- perjudica al partido que preside. "Le afecta especialmente" ya que Rato "ha sido durante muchos años uno de sus activos más importantes", aseguró. Una constatación de los hechos que choca con la respuesta de su vicepresidenta al término del Consejo de Ministros, cuando acotó el caso a una cuestión personal. "El escándalo no favorece a la campaña", afirmó también desde Madrid Cristina Cifuentes.

En todo caso, si algo pretendía el jefe del Ejecutivo era desmarcarse de quien fuera su compañero de Gobierno en época de Aznar -en ningún caso se refirió a su presunción de inocencia- y responder a quienes en las últimas horas han puesto en duda su imparcialidad, como sugiere el propio entorno de Rato. Lo acontecido, prometió, se deriva de "actuaciones normales" de la Agencia Tributaria.

"No tiene absolutamente nada que ver" con la denominada amnistía fiscal, proclamó en dos ocasiones. Y, partiendo de ello, insistió en que lo que hace la Moncloa es "garantizar la independencia" de la Agencia, la Fiscalía y la Justicia. "El Gobierno manda imparcialidad", aseguró, para a renglón seguida defender un "trato igual para todos" y una España en la que "todos debemos acatar lo que digan los tribunales".

Tras el escarnio público que sufrió Rato, retransmitido en directo por los distintos canales de televisión, algunos cargos del PP señalaron a Rajoy. "Esto no pasa así si el presidente no quiere", adujeron. Pero Moncloa lo negó y Pedro Antonio Sánchez, el candidato de Murcia, salió al auxilio: "La corrupción ahora no se atapa, y eso nos tiene que tranquilizar a todos los españoles. No nos gustarán las noticias, pero quieren decir que la Justicia ahora funciona", sentenció.

Por último, el presidente quiso sacar pecho de que el Gobierno ha dado "la batalla" en la lucha contra cualquier tipo de fraude "sin entrar a prejuzgar absolutamente nada". Y pregonó con orgullo que la Agencia Tributaria ha aflorado más de 100.000 millones de euros en esta legislatura que "antes eran bases imponibles desconocidas para Hacienda" y, por lo tanto, no pagaban impuestos.

Una vez hizo su declaración, Rajoy no aceptó preguntas. "En más detalles ya entrará el director de la Agencia –que comparece el martes en el Congreso- pero yo ni los conozco ni creo que debo hacerlo como presidente del Gobierno". Se le interrogó sobre si estaba defraudado con Rato, pero dio por concluida la comparecencia. "No voy a entrar en detalles de otro tipo porque no hace el caso", reiteró.

Según fuentes del Ejecutivo, no ha hablado con Rato en todo este trance y no tiene intención de comparecer en el Congreso, tal y como le reclama el PSOE. "No lo hizo con Pujol", soltaron. Tras dar la cara, se subió a un mitin para volver a su discurso al uso. "Hemos pasado del caos a la recuperación", dijo sin medias tintas, centrando toda la atención en la economía. Volvió a hacer declaraciones veladas a Ciudadanos y Podemos. "Se oponga quien se oponga el AVE va a llegar a Murcia, Cartagena y Lorca", afirmó recibiendo la ovación de los suyos.

Ahora, Rajoy espera pasar página y no tener que volver a referirse a Rato. Este mismo domingo estará en Alicante, y Génova le ha preparado una apretada agenda de partido hasta el 24 de mayo. "Aquellos que no han gobernado nunca, partidos que aparecen y desaparecen o personas que van de un lado a otro pondrían en riesgo la economía española y el crédito internacional del país", avisó.

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