Aparentemente, el PP rompió por completo y de forma definitiva con Rodrigo Rato, quién fuera referente de la formación durante muchos años, hoy investigado por posible blanqueo. La relación ya estaba muy deteriorada, pero si aún le quedaba algún puente intacto, éste quedó dinamitado. En tromba, desde veteranos que compartieron con él la mesa del Consejo de Ministros a miembros de la vigente dirección, le reclamaron explicaciones inmediatas. Mariano Rajoy, eso sí, volvió a optar por un espeso silencio.
"No puede ser un tema personal, que el que ha sido ministro y vicepresidente tenga dinero irregular no es un tema personal, es un tema gravísimo", zanjó Esteban González Pons, que mostró su "tristeza" y "profunda decepción" en Es la Tarde de Dieter de esRadio. "Que se asuman responsabilidades, sea quien sea", corroboró Carlos Floriano, también integrante de la cúpula.
Nada más que añadir, a ojos de Génova, pese a que en su día se elevó políticamente a Rato por ser "uno de los artífices del milagro económico" español. Esperanza Aguirre, en TVE, puso en duda incluso ese extremo, y se definió "bastante defraudada" ante los hechos que le imputan. "Claro que debe dar una explicación, y estoy segura de que la dará inmediatamente", emplazó la candidata por Madrid, que recalcó que, desde su salida del FMI, Rato no ha estado "excesivamente acertado". Cabe recordar que ambos tuvieron un choque muy fuerte a propósito del control de Caja Madrid, que entonces se saldó a favor de Rato.
Otra histórica, Rita Barberá, se sumó al coro de voces del PP que exigieron al exministro que rompiera su silencio, como hizo a última hora de la tarde para negar que tenga ni haya tenido sociedades en Gibraltar e Islas Vírgenes. "Evidentemente, tiene que explicarlo todo", aseguró la alcaldesa de Valencia, que llamó a cerrar cuanto antes este episodio, que en privado tachan de "duro y lamentable". "Eso no va en mi lista ni en mi programa", remató en rueda de prensa.
Incluso desde el Gobierno se apeló a la responsabilidad. En vez de optar por el perfil, como en otras ocasiones, varios miembros del gabinete comentaron en corrillos su malestar con Rato. Y Ana Pastor, que también trabajó con él, aseguró que "todos los ciudadanos tenemos que dar siempre las explicaciones que sean oportunas". Esto es, no podía permanecer callado, como también enfatizó Rafael Catalá.
Desde Moncloa, las fuentes consultadas recalcaron que "nunca" se le ha intentado ayudar, y menos ahora. Luis de Guindos, con quién Rato también tuvo encontronazos -que fueron a más una vez el exministro quedó situado en la diana- recalcó que habrá un escrupuloso cumplimiento de la ley. "Yo me debo al deber de secreto y de confidencialidad. Lo que les puedo decir es que todas las instituciones del Estado, el SEPBLAC y la Agencia van a cumplir con su obligación y van a cumplir con la legalidad", remató en los pasillos del Congreso.
Mientras, en la sesión de control, Antonio Hernando, del PSOE, trató de atacar a la vicepresidenta utilizando "la amnistía fiscal del señor Rato". "¿No le avergüenza?", le espetó, recordando también el auto del juez Pablo Ruz sobre la supuesta financiación del PP. Soraya Sáenz de Santamaría respondió con el y tú más: "El problema es que viene a pedir explicaciones al Gobierno, que se las da, de personas que no están, cuando la pregunta que se hace la gente es por qué los que declaran los martes y los jueves ante el Tribunal Supremo siguen estando en su bancada", en relación a Manuel Chaves y José Antonio Griñán.
Ni Santamaría ni Mariano Rajoy -también abordado por la oposición sobre el caso- se refirieron expresamente a Rato, aunque fuentes al más alto nivel quisieron dejar constancia de que está solo y tendrá que hacer frente "a las consecuencias de sus actos". "Rato, desde hace ya mucho tiempo, no es una persona de nuestra confianza".