Esperanza Aguirre se impone. La negociación ha sido soterrada, pero no exenta de tensión "como siempre ocurre con estas cosas". Por un lado, en un primer momento, la dirección nacional trató de maniobrar para ganar más peso de cara a los futuros cambios que planea en el PP de Madrid -empezando por la presidencia- una vez se celebren las elecciones. Por otro, Cristina Cifuentes intentó en varias reuniones colocar a personas de su confianza. Pero Aguirre ejerció de líder, y parece haber ganado este pulso.
La mayoría de los cargos incluidos en las candidaturas del PP al consistorio y a la comunidad de Madrid están vinculados a la actual presidenta de la formación a nivel regional. "Básicamente, son las listas de Esperanza", se reconoce en privado desde el entorno de Cifuentes. Ambas candidatas, tras mantener diversos encuentros en los que hubo choques, elevaron coordinadamente sus propuestas, que fueron aprobadas por unanimidad este martes por el Comité Electoral Nacional, que preside Alicia Sánchez Camacho.
La lista a la Comunidad de Madrid incluye "bastantes nombres" muy próximos a Aguirre, como David Pérez (9) o Juan Soler (10). Según algunas fuentes, Cifuentes -que lo desmiente- quería reducir el número de alcaldes y consejeros en la candidatura, pero la líder del PP de Madrid abogó por darle "ese reconocimiento" e incluirlos, como finalmente ha ocurrido. La que fuera delegada del Gobierno consiguió que cargos de su cinturón de confianza quedaran situados en los primeros puestos, como Ángel Garrido, que es número dos.
En papel mojado se convirtió la supuesta teoría no escrita según la cual el candidato y las direcciones nacional y regional se repartían el pastel al 33%. "Eso es mentira. La lista de la Comunidad siempre ha sido la del PP de Madrid", aclaran desde el entorno de Aguirre. Los propios seleccionados aseguran que más del 50% de los candidatos serían aguirristas, repartiéndose Génova y la propia Cifuentes la cuota restante.
En este contexto, el equipo de Aguirre confesó que las negociaciones fueron intensas, pero pusieron el acento en que el pacto fue alcanzado por ambas candidatas. "Tengo la satisfacción de anunciarles que Cifuentes y yo hemos llegado a un acuerdo", dijo a los periodistas la propia Aguirre por la mañana. Poco después, la que fuera delegada del Gobierno matizaba: "La lista no la he hecho yo, la ha hecho el PP de Madrid", y lamentaba que "hay personas que se han quedado por el camino".
"Me hubiese gustado incorporar alguna persona, pero cuando la lista no la hace uno", insistió una Cifuentes que, en todo caso, se plegó a Aguirre y dio por superada la crisis. "Es complicado y desagradable porque hay gente que ha hecho un trabajo y no puede repetir. Me gustaría que esto pase cuanto antes", afirmó en la víspera, ante los micrófonos de esRadio. Horas después, la espinosa cuestión se desatascaba. Su número tres es Jaime González y Paloma Adrados ocupa la cuarta posición.
Superado el trance, Cifuentes negó enfado con Aguirre y abogó por trabajar codo con codo para dar la vuelta a las encuestas. "Va una lista que representa lo que es el PP de Madrid. Tengo el orgullo de encabezar una lista. Sólo pido a los que me acompañen en esa lista que se impliquen para trabajar por los madrileños", destacó ante los medios, informa Paloma Cuevas.
La lista de Aguirre
Por su parte, Aguirre optó diseñar una lista de marcado perfil político, todos del PP, y en la que destacan varios jóvenes. La media de edad es de unos 45 años, debido a la incorporación del novel Gonzalo Ortiz (33 años, pero que empieza claramente a despuntar) o Almudena Maíllo yBorja Corominas (con 37 los dos). Tuvo el gesto de incluir a personas próximas a Ignacio González -que en su día aseguró que no quería formar parte de la candidatura-, Ana Botella e, incluso, Alberto Ruíz Gallardón.
Como número dos, la candidata confía en Íñigo Henríquez de Luna, que actualmente dirige su campaña. Siempre ha sido fiel a Aguirre, incluso en los peores momentos, y ahora se convierte en su hombre de confianza. En los círculos políticos y periodísticos, es conocido por plantear en más de una ocasión la necesidad de cambiar el sistema de elección de candidatos para hacerlo más democrático.
A cambio de ser candidata, María Dolores de Cospedal exigió a Aguirre que dejara en manos de la dirección nacional tanto el programa como las listas electorales, pero ésta se negó. Y, finalmente, ha conseguido mantener un control prácticamente total, hasta el punto de que se ha rodeado de personajes políticos de su total confianza. José Luis Martínez ocupa el número tres, Alicia Delibes el cuatro y María Inmaculada Sanz el cinco. Percival Manglano vuelve a la primera línea de la política y ostenta el número seis.
En Génova, conscientes de su poco peso en la lista, se limitaron a constatar que "lo importante ahora es ganar las elecciones". A partir del 24M, la dirección espera abrir un periodo de cambios en el PP de Madrid, que ganará intensidad si las cosas vienen mal dadas. Si bien, Aguirre también dijo en su día que dejaría la presidencia si no logra gobernar y en un congreso, que en principio no está previsto hasta el próximo año.