Su crisis interna se remonta a cinco años atrás, cuando el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció su tijeretazo de mayo de 2010 que provocó la mayor debacle electoral vivida en el PSOE en las posteriores elecciones municipales y autonómicas del mismo mes. Cinco años, unas falsas primarias (Chacón-Rubalcaba), un congreso ordinario, otras primarias (Madina-Sánchez), y dos secretarios generales después, el PSOE no ha cerrado completamente su crisis de liderazgo hasta las próximas primarias del mes de julio, pero celebran que "por fin, la crisis interna haya llegado al PP", su principal contrincante y beneficiario de sus divisiones en las municipales de mayo de 2010 y generales de 2011.
Cargos del partido constatan lo que ya es una evidencia: que la guerra ha comenzado ya entre los populares, con los enfrentamientos entre Javier Arenas, Mª Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, la ocultación de las siglas de José Antonio Monago y la llamada al orden y al 'orgullo popular' de Mariano Rajoy. Aunque sostienen que "lo más importante no es la crisis interna" sino la "crisis social" que va a provocar, ésta vez, un batacazo popular y no socialista, y una pérdida de la hegemonía azul en todo el mapa nacional el 24 de mayo.
Los socialistas no quisieron por ello desaprovechar este sábado la oportunidad de avivar esa llama interna, como en su día hizo el PP con Zapatero, Rubalcaba y el propio Pedro Sánchez. Aunque más allá de la risas del secretario ejecutivo Patxi López, al evidenciar esta crisis popular, señaló que "me da igual que tengan crisis interna o no, de lo que estoy convencido es de que tiene una crisis pública y social, y de que la gente, mayoritariamente y de manera nítida y clara, rechaza las políticas de la derecha". Así ocurrió "en Andalucía y se va a ver en toda España. El partido que pierde a chorros apoyos es el PP" porque "ha sembrado su sufrimiento. Me da igual que tengan crisis interna pero tienen una crisis con la ciudadanía española".
Otros perfiles, más institucionales como el candidato a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, evitan entrar en cuestiones internas de otros partidos porque "no nos vamos a distraer. Tenemos demasiadas cosas importantes que hacer como para ocuparnos de los asuntos internos de otros". Pero sí ponen el acento en que una muestra de esta crisis de liderazgo es que los populares cambian de proyecto, de ideas y de principios, en referencia a la ley del aborto o la recuperación de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes, anunciadas ambas por el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, en la última semana.
"Siempre hemos pensado que hay que recuperar íntegramente los derechos, y no sólo en época electoral. Y en todo caso, si les parece que es necesario que sea de otra manera, que lo revoquen directamente", aseguró Gabilondo en los pasillos del recinto ferial IFEMA de Madrid durante la celebración de la Conferencia Municipal del PSOE.
En el mismo sentido, la presidenta del PSOE, Micaela Navarro, quien calificó de "lamentable y vergonzosa" la marcha atrás del PP en estas dos cuestiones porque "intentan cambiar su discurso a pocos días de las elecciones". Frente a ello, un PSOE "orgulloso" de los suyos, y a quien pidió "reivindicar nuestras siglas, principios y valores". Porque "la política es importante, pero la ideología es determinante. Lo que determina que las cosas se hagan de una manera o de otra es la ideología. Es lo que ha hecho que el PSOE haya puesto en marcha la sanidad y la educación pública, y que ahora gobierne de manera diferente al PP".