Mientras Juan Manuel Moreno, el candidato del PP a las elecciones andaluzas, protagonizaba una jornada de reflexión al uso -deporte a orillas del Guadalquivir y comida con la familia-, la dirección nacional -con Mariano Rajoy a la cabeza- se trasladó a Valencia para apuntalar muchos de los mensajes que se han repetido en la campaña. El gancho, la presentación del programa marco para los comicios municipales de mayo. Aunque, en los discursos, se volvió a alertar sobre los partidos de nuevo cuño y que, en los platós de televisión, "hacen mucha demagogia".
El PP sacó pecho de tener "un proyecto de país" sin necesidad de inventos. "Otros están a la búsqueda de caras y nombres porque detrás no hay nada", en palabras de María Dolores de Cospedal. Incluso habló de quienes tienen "intereses ocultos" y de los que "tienen que encargar a otros" el programa electoral, en referencia a Podemos y Ciudadanos, a los que no citó expresamente.
El discurso de Rajoy fue muy parecido al articulado sólo horas antes en Sevilla, en el cierre de campaña, con la salvedad de que metió varias coletillas sobre Valencia. "Gobernar no es fácil, participar en una tertulia sí", se quejó ante los aplausos del abarrotado auditorio -unos 1.800 militantes, que se dieron cita en el palacio de congresos de la ciudad-. Insistió: "Una cosa son los comentaristas y otros los que tienen que gobernar". Y remató: "¿Dónde están los que pedían el rescate y me decían ‘Rajoy no te enteras’?".
A juicio del jefe del Ejecutivo, gobernar no es algo para políticos noveles. "Yo perdí muchas elecciones", afirmó, para explicar que lleva mucho tiempo en la vida política y sabe cómo se han de hacer las cosas. De hecho, utilizó largo tiempo para sacar pecho de gestión económica y proclamar el fin de la crisis. "Hemos hecho lo más difícil", y reiteró su objetivo de crear medio millón de puestos de trabajo al año.
Ahora bien, según Rajoy, todo se puede tambalear. "Tocan dos cosas muy importantes: la primera, consolidar la recuperación económica y, la segunda, impedir que los adanes que florecen por doquier vengan a poner las cosas como nos las encontramos hace cuatro años en nuestro país". No dio nombres, pero a renglón seguido advirtió tanto sobre el PSOE como sobre los partidos emergentes, culpables de los miedos internos de cara a los comicios andaluces de este mismo domingo.
Por lo demás, el PP de Valencia trató de cerrar heridas y vendió una imagen de unidad con Rita Barberá y Alberto Fabra cubriéndose de elogios. La dirección nacional prácticamente en pleno se trasladó a la ciudad del Turia para apuntalar la idea de que lo único importante ahora es mantener la mayoría absoluta en una plaza clave para sus intereses. "Estoy aquí para ganar, que nadie se equivoque", sentenció la alcaldesa, con la que Rajoy compadreó en todo momento.