Ha sido el último pleno de la legislatura y la última ocasión en la que muchos diputados de la Asamblea de Madrid han ejercido como tales. Algunos –como el portavoz circunstancial del PSM en sustitución de Tomás Gómez, José Manuel Franco- no saben todavía si estarán en la cámara tras las elecciones de mayo; otros, como todos los demás portavoces y el presidente Ignacio González, sí saben ya que no repetirán.
Así, no es de extrañar que el pleno se haya teñido de un tono melancólico y de despedida, marcado ya desde la primera intervención, la de Gregorio Gordo: el de IU prácticamente ha pasado de su pregunta al presidente y se ha dedicado a agradecer "a los trabajadores y trabajadoras" de la Asamblea, con especial mención a "las taquígrafas" –pero no a los taquígrafos- que sufrían los rapidísimos discursos del de IU.
Ignacio González ha agradecido a Gordo, como ya hiciera en el anterior pleno hace una semana, "la relación institucional y la personal" y que, aunque siempre hablasen "desde la discrepancia más absoluta" han mantenido "una discusión desde el respeto y la lealtad a la institución".
El PSM, implacable
El portavoz circunstancial del PSOE ha sido el menos navideño de los intervinientes, aprovechando también el último día para criticar duramente a Ignacio González –si bien le ha deseado "lo mejor en lo personal"-.
José Manuel Franco ha repetido uno por uno todos los reproches que el PSOE ha hecho en estos años, primero a Aguirre y después a González, y el todavía presidente le ha respondido una vez más lo que ha dicho en decenas de ocasiones: "Se han instalado en un discurso que se ha basado en difamar, calumniar, insultar y alterar la realidad de las cosas".
Más suave -él mismo ha reconocido que a veces le acusan de "blando"-, ha estado el portavoz de UPyD, Luis de Velasco, que también ha hecho una larguísima intervención –este jueves el presidente de la cámara ha estado más generoso que nunca con los tiempos, otra concesión al tono entrañable de la tarde- en el que ha analizado la gestión de los populares, si bien no le ha puesto demasiado buena nota.
Lo más llamativo, no obstante, han sido las últimas palabras que ha destinado a Ignacio González, recomendándole que "descanse y escriba su memorias" y destacando que "el presidente de su partido –en referencia a Rajoy- no tenga la dignidad y la gallardía de decirle que no seguía", ha dicho recordando que "es el presidente de la comunidad más importante" y que "usted se merecía", otro trato.
"Una legislatura especialmente dura"
González ha aprovechado la pregunta de su propio grupo para hacer una despedida más formal de una legislatura "especialmente dura" en la que "hemos tenido que afrontar una situación realmente complicada" ha dicho.
El todavía presidente ha presumido de que su gobierno "siempre ha aplicado" los principios del Partido Popular, unas "señas de identidad" entre las que ha citado bajar impuestos o la libertad y apuestas como "la unidad de España, la solidaridad, los principios constitucionales, estar con las víctimas del terrorismo o creer en la igualdad de los españoles".
"Durante este tiempo –ha dicho González- hemos intentado gobernar siguiendo estos principios y creo modestamente que lo hemos conseguido". Finalmente, se ha dirigido a su gobierno y a su grupo para decirles que "ha sido un gran honor trabajar durante estos años por los madrileños con todos vosotros". Unas palabras a las que, como no podía ser otra forma, los populares han respondido con un larguísimo aplauso con toda la bancada en pie.