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Rajoy se encomienda a Aguirre para mantener Madrid y fulmina a González

Aparta a González y pone a Cifuentes. Es Cospedal quien se lo comunica. Aguirre se convierte en la gran apuesta para recuperar al votante tradicional.

Jugando al despiste hasta el final, con un anuncio pasadas las ocho de la tarde el primer día de campaña de las andaluzas, Mariano Rajoy movió por fin ficha en Madrid. Esperanza Aguirre será la candidata al ayuntamiento y Cristina Cifuentes a la Comunidad. El presidente aparta a Ignacio González tras un calvario político, agudizado en los últimos días, en el que muchos vieron fuego amigo.

Fue una jornada de infarto. El Comité Electoral Nacional, que preside Alicia Sánchez Camacho, se reunía a media mañana. En principio, un despacho de trámite para dar luz verde a candidaturas ya conocidas en la víspera como la de Murcia y Valencia. A la hora del almuerzo, los integrantes del órgano interno hacían un receso, y empezaron los nervios y los rumores. "Nosotros no hemos sido llamados", decían a esa hora desde el PP de Madrid, al más alto nivel. Pero la orden ya estaba dada.

Todo se aceleraba por la tarde. Poco antes de que la Oficina de Información del PP -a través de un mensaje de texto- avanzara la decisión, el presidente mantenía una breve conversación en Jerez con periodistas y daba entender que todavía no tenía un veredicto. Preguntado expresamente por González, se encogía de hombros y no decía una palabra. Ya entonces, los protagonistas sabían lo que iba a ocurrir pese a que ni tan siquiera se citó al Comité Electoral de Madrid para guardar las formas.

Aguirre es la apuesta de Rajoy para recuperar al votante descontento y parar restar el efecto Ciudadanos. Ella ya sabía que iba a ser la elegida, y así se lo dieron a entender por distintos cauces. Así lo avanzó este diario hace días. Las encuestas internas aseguran que con ella la caída es menor, pero que la mayoría absoluta no está garantizada. Y en Génova creen que es la única con la que "los muy cafeteros" pueden volver a sentirse identificados con el PP. "Es imprescindible que nos vuelvan a querer los nuestros, y eso Esperanza lo consigue", resumen desde la cúpula.

En Génova, la tesis es que si Aguirre saca un buen resultado logrará salvar a Rajoy en un momento crucial, muy difícil para el PP. Pero si pierde, nadie duda de que el presidente intentará hacer una limpia interna que afecte a toda la estructura. El presidente y la lideresa nunca se han entendido y los choques han sido muchos. Pero, pese a todo, vuelve a confiar en ella.

La caída de González

El jefe del PP apuesta por Aguirre, pero sacrifica a González. En los últimos días, ha sido protagonista de lo que ha entendido como una durísima campaña mediática y política contra él. "Fuego amigo", no se han cansado de repetir desde círculos del PP de Madrid. Y nadie de la dirección nacional salió a respaldarle, salvo María Dolores de Cospedal y con matices.

El jueves, Aguirre dio "todo" su apoyo a González pero ya le habían avisado de que lo más seguro es que el dedo divino no se posara sobre su leal número dos durante tanto tiempo. Con el todavía presidente madrileño, Rajoy también tuvo fuertes encontronazos. Tanto que le apartó en su día del Comité Ejecutivo Nacional. Pero González creyó que poco a poco había recuperado su confianza y, tras mantener un encuentro en Moncloa a finales del año pasado, se vio como candidato. Creyó que lo conseguiría hasta hace tan sólo unas semanas. Finalmente, ha sido Cospedal y no el presidente el que le ha dado la noticia.

Cifuentes, siempre dispuesta

La beneficiaria de la caída de González es Cristina Cifuentes, que dijo claramente que aceptaría el cargo si Rajoy se lo pedía. Resistió pese a avisar que el ambiente se estaba volviendo "muy sucio" y no quería que le enfrentaran con sus compañeros.

Ahora, en Génova entienden que el tándem Aguirre-Cifuentes no es estridente, más bien al contrario. Aunque la relación entre ambas se ha deteriorado, la todavía Delegada del Gobierno de Madrid siempre ha dicho que es de la "escuela de Esperanza". Aunque también ha buscado cierta autonomía, lo cual gusta a Cospedal, que es su aliada en la cúpula.

El PP de Madrid, tocado

Habrá que esperar a comprobar cómo responde el PP de Madrid, con la moral muy minada tras la "campaña" de desprestigio contra González y la larga espera. El equipo de Rajoy buscó el menor ruido mediático: un viernes, a última hora de la tarde, primer día de campaña de las andaluzas. De hecho, cuando saltó la noticia, Rajoy entraba en un polideportivo de Jerez para dar un mitin.

"Han jugado con nosotros. Es una vergüenza", se desahogaba un miembro de la asamblea de Madrid tras conocer la noticia. Si bien, la dirección nacional no espera jaleo. Aguirre es la presidenta del PP de Madrid, y controla la estructura. Se espera en los próximos días un "gesto" con González, a quien se le elogiará su gestión al frente de la Puerta del Sol.

A partir de ahora, toca recomponer el partido y poner la maquinaria electoral en marcha. El ambiente es más que complejo. Rajoy siempre suele decir que lo peor de su cargo es tener que elegir entre personas, pero no cambia el sistema. Él tiene todo el poder interno. Según los suyos, todo ha influido: los sondeos, el recambio en el PSOE y los "problemas" de González. En Jerez, al tiempo que Génova soltaba la bomba informativa, él participaba en un mitin e hizo como si nada mientras todos a su alrededor miraban sus teléfonos móviles en busca de noticias.

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