Mariano Rajoy puso el foco de atención en los populismos ante eurodiputados del PP europeo, y llamó a "combatirlos" con la fuerza "de los principios y las realizaciones". "La crisis ha hecho surgir en España movimientos radicales, populistas, extremistas, inocuos o nacionalistas", alertó ante los representantes extranjeros, convocados en Toledo. Frente a las recetas de estos, que desechó, presentó su balance y prometió la creación de tres millones de empleos.
El jefe del Ejecutivo no se refirió expresamente a ningún partido. Es parte de una calculada estrategia para intentar que cale en la opinión pública que todo lo que no sea el PP es malo para la estabilidad y la recuperación económica. "Los inventos artificiales nunca han resuelto nada ni han hecho nada positivo en la Historia, y eso también hay que explicárselo a los ciudadanos", se reafirmó recibiendo el aplauso de sus colegas comunitarios.
Las encuestas internas apuntan a que Podemos "se desinfla" poco a poco, pero que todavía ganaría al PSOE si hoy se celebraran elecciones generales. Por el contrario, Ciudadanos va escalando posiciones y la dirección nacional está en alerta ante el "bocado" en votos que pueden sufrir en Andalucía, cuyos comicios se celebran el 22 de marzo.
Sin referirse a ningún partido en concreto, Rajoy acusó a los citados "movimientos" de aprovechar "el sufrimiento" de los españoles para tratar de arañar votos. Y denostó sus políticas por "trasnochadas", amén de que -en su opinión- se centran en "culpar de los problemas a las conspiraciones" y a las instituciones internacionales, como el FMI o la Comisión Europea.
"Parece como si todo aquellos que se presentara como nuevo es bueno", afeó, para a renglón seguido insistir en que "la Historia demuestra" que dichos inventos "han sido lo peor para nuestros países". Y de ahí que, de forma vehemente, instara a "recuperar la confianza" cotejando balances y diciendo claramente cuáles son los riesgos que existen.
En sus últimas intervenciones, Rajoy siempre había prevenido sobre los populismos, pero no de forma tan profusa. Y menos ante diputados europeos. Lo hizo sobre los radicalismos de izquierda, pero también "de derecha o xenófobos". Y recalcó que las soluciones "sólo pueden venir de la política", y la UE tiene ejemplos de cómo se han de hacer las cosas.
De hecho, se puso como guía frente a la crisis. "España hoy ha corregido una parte importante de sus desequilibrios", sacó pecho, no sin volver a avisar de que "es mucho más fácil deshacer que hacer, destruir que construir y quedarse quieto que reformar". Y, por ello, pidió no olvidar "principios elementales" como que "no se puede gastar el dinero que no se tiene" ni tampoco "vivir de los préstamos".