Mariano Rajoy cree que los datos económicos le avalan, que España camina hacia la recuperación y que no es el momento de experimentos. Incluso se refirió a Grecia, incapaz de financiarse en los mercados, para alertar sobre lo que puede ocurrir cuando se vota al partido erróneo. El PP o el caos, es el resumen de la estrategia. "No tiremos las cosas por la borda, apostemos por lo serio y por lo razonable y no prestemos atención a los cantos de sirena", resumió en Córdoba, donde acudió para apoyar a Juan Manuel Moreno. "Tenemos que perseverar, tenemos que continuar", se afanó en trasladar a la ciudadanía.
El ejemplo de cómo se han de hacer las cosas lo encontró, además de en su Gobierno, en los ayuntamientos gobernados por su partido. Partió de la base de que "no ha sido un tiempo fácil", pero llamó a mantener "la confianza de los vecinos allí donde vivimos". Tal y como avanza este diario, sondeos internos en mano, el PP espera mantener el poder en las capitales de provincia andaluzas y se busca municipalizar los comicios autonómicos.
Sanidad y Educación
Como en Málaga una semana antes, Rajoy no echó mano de las tramas de corrupción que afectan de lleno a la Junta de Andalucía y se centró en exclusiva en la economía. "Los alcaldes andaluces del PP han dado la talla, estuvieron a la altura de las circunstancias y podemos decirles que estamos orgullosos", sentenció tras poner de relieve las penurias de años anteriores. "No gastaron lo que no tenían, compensaron el déficit público y fueron un factor decisivo para la recuperación", insistió.
Frente a estos consistorios, Rajoy situó sin salirse del plano económico a la Junta: "Las cosas se pueden hacer mucho mejor" y "se puede hacer un esfuerzo mayor en Sanidad y en Educación", se quejó. "Hay muchas necesidades en Andalucía y el PP está dispuesto", arengó a los suyos, que volvieron a sacar músculo político -el auditorio, en los colegios mayores de la Asunción, se quedó pequeño con más de 1.500 simpatizantes-.
El presidente reiteró que Susana Díaz ha adelantado las elecciones -quedan una treintena de días para las urnas- por "interés personal" para dar después el salto en Madrid. Y se revolvió contra la queja socialista de que el Gobierno no ha ayudado a esta comunidad: "20.000 millones", aclaró María Dolores de Cospedal, que también se trasladó por segunda semana consecutiva a Andalucía para arropar a Moreno -otrora enemigo interno-.
"Las cosas se pueden y deben hacer mejor, aquí se necesitan otras políticas", proclamó un Rajoy nada autocrítico. A su juicio, España es hoy el ejemplo, y de ahí que todo lo que no sea el PP podría poner en riesgo la recuperación -desde el PSOE a Podemos pasando por otros partidos más minoritarios-. "Hay que subirse a este carro", se reafirmó. "Hoy el país va mejor. Hace tres años íbamos muy mal, yo lo he pasado muy mal. España estaba al borde de la quiebra y era sospechosa", echó la vista atrás. Ahora, se compara con Alemania y promete que, con él en Madrid y con Moreno en Andalucía, la tendencia será cada vez más positiva.