La estrategia del PP en Madrid: "La batalla no es con el PSOE, es con Podemos"

El Partido Popular también tiene problemas en Madrid. Para empezar, ninguna encuesta le da mayoría absoluta ni en el ayuntamiento ni en la comunidad. Y, para continuar, Mariano Rajoy aún no ha desvelado los candidatos para concurrir a las elecciones. El viernes se celebrará un nuevo Comité Electoral Nacional, pero según fuentes del órgano interno "en principio" no está previsto que se dé solución al "problema" madrileño. "Eso para el final del todo".

En este contexto, a algunos cargos en la dirección nacional y regional les sirvió de consuelo que en el PSOE "están bastante peor que nosotros". "Es la desintegración del socialismo", resumía un miembro del Gobierno autonómico tras escuchar a Tomás Gómez. Pedro Sánchez sabe "que lo del tranvía de Parla es tan gordo como para cargárselo", según el diagnóstico del equipo de Ignacio González, que recuerda que, en paralelo, hay abiertos dos procedimientos judiciales.

Si bien, a efectos prácticos, no pocos cargos reconocían que el PP tenía "cogida la medida" a Gómez. "Era el mejor candidato para nosotros", coincidieron siempre en conversación informal. Según las encuestas internas de la formación, desde hace meses el PSOE dejó de ser su principal rival a las urnas en favor de Podemos. "La batalla ya no será entre el PP y el PSOE, sino entre el PP y las fuerzas de izquierdas, encabezadas por Podemos", analizan los estrategas populares.

En Moncloa, llegaron incluso a sacar pecho de "los tiempos" de Rajoy. "Al final le vais a dar la razón y era mejor esperar", deslizaba un diputado próximo al presidente. "Ahora ya estamos todos iguales. No sabemos candidatos ni del PP ni del Partido Socialista ni de Izquierda Unida", tiraba de ironía Ana Botella. Aunque, en Madrid, desde sus estructuras se sigue insistiendo en la necesidad de que pose ya su dedo divino y "nos pongamos a trabajar". "Visto que la batalla es con toda la izquierda, lo que tenemos que hacer es recuperar a nuestro electorado, que los nuestros vuelvan a confiar en el PP, y para eso tenemos que ponernos a trabajar ya", se afirma en la cúpula regional.

La terna de candidatos

En el PP madrileño la tesis más extendida es que, para recuperar al votante de siempre, Esperanza Aguirre es la candidata idónea para el consistorio. Aún más, se entiende que podría taponar la fuga de votos a Ciudadanos -el partido de Albert Rivera-, que cada vez preocupa más. "Ella quiere y cree que puede conseguirlo", destaca el entorno de la protagonista. En Génova deslizan que el retraso en la designación ayuda a su candidatura, pero que la mayoría absoluta no estaría atada con ella. Aunque confiesan: "No elegirla traería hoy más problemas que otra cosa", si bien "Rajoy tiene la última palabra" y los teléfonos todavía no han sonado.

En el caso de la comunidad, González también sigue a la espera. "No tenemos noticias", afirman, pese a que esperaban que todo estuviera resuelto antes del Comité Ejecutivo del próximo lunes. "Estamos trabajando como si nada y ya veremos lo que decide Rajoy", apuntan no sin cierta frustración. Tal y como avanzó este diario, algunas voces en el partido rechazan el tándem Aguirre-González, aunque desde el equipo del segundo siempre se ha puesto en valor su autonomía y ha acudido en más de una ocasión a la Moncloa para despachar con el presidente.

Cristina Cifuentes también se sabe en las quinielas pero recalca que está "centrada" en la Delegación del Gobierno mientras que Soraya Sáenz de Santamaría descartó recientemente que esté pensando en Madrid. "En el PP he trabajado en muchas cosas, lo importante es estar centrado en hacerlo bien y yo ahora estoy centrada en ser vicepresidenta. No estoy en esa cuestión", cerró la puerta en RNE.

Fuentes de la dirección nacional deslizaron que aún habrá que esperar para desesperación interna -"la semana que viene es clave", según un integrante de la cúpula- y que están "muy pendientes" de cómo marchan los procedimientos judiciales que puedan afectar a sus cargos madrileños. "Rajoy ya está en ello", es lo más que se atreve a aventurar el entorno del presidente.