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Rajoy pide no volver a las "ideas liquidadas" con la caída del muro de Berlín

El presidente trata de insuflar ánimos al PP andaluz y apela a la "estabilidad" y a la "moderación" para ganar. No cita el escándalo de los ERE.

El presidente trata de insuflar ánimos al PP andaluz y apela a la "estabilidad" y a la "moderación" para ganar. No cita el escándalo de los ERE.
Rajoy y Moreno, jaleados por el público | David Mudarra/PP

Todo podría tambalearse, diluirse "como un azucarillo", si el Partido Popular pierde las próximas elecciones, tres citas con las urnas en el caso de Andalucía. En síntesis, ésta es la idea cardinal que Mariano Rajoy va a trasladar una y otra vez a la ciudadanía. "No podemos volver a las recetas que generaron la mayor crisis económica ni las ideas que fueron definitivamente liquidadas cuando cayó el muro de Berlín", alertó en Torremolinos (Málaga), donde arropó a Juan Manuel Moreno y se presentaron a los cabezas de lista andaluces.

La tesis esgrimida es sencilla: con el PP en el poder España crece más que Alemania -según los últimos datos de la Unión Europea- y los ciudadanos empiezan a notar la recuperación, pero todo podría darse al traste si Podemos o el PSOE se hacen con las riendas. Ni el uno ni el otro son buenos para el país a ojos del presidente, que defendió que "algo se ve cuando no se habla de la prima de riesgo" y se consume más a nivel interno. "Hay que ser justo, queda mucho pero vamos a conseguirlo", proclamó con vehemencia. E insistió: "Los experimentos no se pueden hacer a costa de los españoles".

Para Rajoy, la dirección "es la correcta" y hay que perseverar. De nuevo, apeló a la "estabilidad" política e institucional que representa y aseguró que, en Andalucía, sólo con Moreno está garantizada la "centralidad" necesaria para que la región se suba al carro de la mejoría económica. "Tiene que ser presidente de la Junta, es lo mejor para Andalucía y cuanto más lo veo más convencido estoy", trató de insuflar ánimos.

No mencionan los ERE

La mayor parte del discurso de Rajoy estuvo dedicada a atacar a Susana Díaz y a ensalzar a su candidato, que en los últimos meses ha intentado hacerse con un partido que todavía le observa con recelos en algunas provincias. Frente a los agoreros internos -"falta espíritu ganador", se quejaron una vez se adelantaron los comicios-, el partido sacó músculo político: fueron cerca de 3.000 los militantes que llenaron el auditorio Príncipe de Asturias y muchos tuvieron que quedarse de pie recordaron a los mejores momentos.

El presidente dejó claro que no le gusta nada el adelanto electoral. A su juicio, Díaz ha utilizado las instituciones públicas por intereses "puramente" partidistas: "En las democracias normales el plazo se cumple, son cuatro años", se quejó. Y lo peor, según su relato, es que el objetivo de la candidata socialista es "huir" a Madrid para tratar de pelear por el liderazgo del PSOE. Algo en lo que también incidió María Dolores de Cospedal, que se trasladó a Málaga para reforzar la imagen de unidad alrededor de Moreno.

Díaz va en contra "del sentido común y un mínimo de patriotismo", en palabras de Rajoy, que situó en frente a un Moreno "que está para quedarse, se lo toma en serio, va para cuatro años y luego ya veremos". "Te queremos", le dijeron desde el público al candidato, que empezó a desgranar su proyecto para Andalucía: según prometió, si accede al Palacio de San Telmo lo primero que hará será bajar los impuestos y eliminar el de donaciones y sucesiones.

A lo que no se refirieron ni Rajoy ni su candidato fue al escándalo de los ERE ni a los demás casos de corrupción que presuntamente afectan a la Junta y el PSOE. Y ello pese al último informe de la Intervención General que pone al descubierto el descontrol total en las ayudas a la formación. Según los estrategas del partido, el voto hay que buscarlo planteando propuestas de futuro e invocando a la "estabilidad institucional" frente a Podemos.

"No ha sido fácil (…) cogimos a España al borde de la quiebra y del rescate", rememoró el jefe del Ejecutivo, no sin destacar que "muchas comunidades autónomas" recibieron ayuda del Estado para poder hacer frente a sus gastos. "Hablo del año 2012 y hoy, aunque a algunos parece que no les guste, Bruselas dice que el primero que crece es España y el segundo Alemania", sentenció. Y remató: "Se ha abierto una etapa que es de las buenas".

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