Depende de a quién se le preguntara y de si las grabadoras estaban o no encendidas. Oficialmente, la dirección nacional tomó buena nota del discurso de su presidente de honor en la apertura de la Convención Nacional del partido: "Me pareció que estaba muy bien, me encantó, me gustó, me pareció que hizo reflexiones muy importantes y nos viene muy bien a quienes dirigimos el partido", afirmó Carlos Floriano, que es el máximo responsable de la campaña electoral.
Pese a que José María Aznar espoleó al partido y enmendó buena parte de la hoja de ruta de la Moncloa, la dirección nacional quiere contar con él para la campaña. Pese a todo, aseguran, les da votos que suba al atril y se envuelva en la bandera de los principios. "Como director de campaña, pienso utilizarlo todo lo que él quiera", desveló el citado . Según FAES, aún no hay un calendario cerrado, pero nadie duda de que pedirá el voto por PP.
Una situación que no quita para que, en el sector marianista, la intervención de Aznar generara recelos. No gustó que apenas mentara a Mariano Rajoy -se refirió al "presidente" de pasada- y que no le agradeciera los esfuerzos. "Ni una palabra sobre las reformas, sobre lo mucho que hemos sufrido", lamentaba un portavoz habitual. "Se lo ha puesto muy difícil al presidente el domingo", era de uno de los comentarios más extendidos. "Estuvo brillante pero, ¿qué puede hacer ahora Mariano?", se preguntaba con sorna un líder regional.
Arenas, Pons y Floriano, con Rajoy
Rajoy, de un lado para otro en la segunda jornada de la convención nacional, no quiso referirse a las palabras del expresidente. Ante los jóvenes del partido, se puso como ejemplo y criticó a quienes quieren cambiar el sistema. "Nos ha tocado una época de modas complicadas, se habla mal de España y de la clase política", lamentó. Los suyos aseguran que su intervención de clausura estará "a la altura de las circunstancias", aunque el sábado prácticamente todo el mundo hablaba de su antecesor.
Los vicesecretarios generales -Javier Arenas, Esteban González Pons y Floriano-, conscientes de la falta de elogio por parte de Aznar, arroparon al presidente y le brindaron un calculado respaldo. Arenas, que formó parte del Gobierno de Aznar, reivindicó al PP de "antes, ahora y mañana" y pidió mantener su unidad. Y añadió: "Siempre estaré orgulloso de pertenecer en este partido".
Mientras, en Génova comprobaron no sin frustración como el expresidente "se comió" a María Dolores de Cospedal, que habló inmediatamente después de él y cuyas palabras apenas fueron recogidas por los medios. Algunos hacían de la necesidad virtud: "lo importante es que estamos unidos, que vamos todos juntos a las elecciones".
Esperanza Aguirre, pendiente de la designación pero aclamada al grito de "alcaldesa", era de las que se decía reconfortada: "Aznar ha dicho con toda claridad algunas cosas en las que yo creo firmemente. Que este partido está para sumar, sumar y sumar para que la gente venga al partido no para que nos movamos de los principios en los que yo creo, sino para que todos aquellos que los compartan vengan".
La líder del PP de Madrid llamó al "rearme ideológico" en un momento "crítico", y cree que va en línea con lo trazado por el expresidente. E incluso fue un paso más allá y pidió el regreso de los que se han ido porque opinan que el partido ha cambiado: "Hago un llamamiento a todos los que se han ido del partido para que vuelvan" ya que "lo que no son prescindibles son nuestros principios y valores".