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El cuñado de Pujol lo pone a caldo: "Cuando pienso en lo que ha hecho me indigno"

Francesc Cabana, esposo de Maria Pujol, afirma que el "president" visita a su hermana, pero cuando sale el tema de la herencia "calla".

Francesc Cabana, esposo de Maria Pujol, afirma que el "president" visita a su hermana, pero cuando sale el tema de la herencia "calla".

El economista Francesc Cabana, presidente del Ateneo barcelonés desde 2011 al 2014, no se reprime cuando se le pregunta por su cuñado, el ex "president" Pujol. Este viernes, Cabana asistía en Manresa a los actos del 150 aniversario de la caja de ahorros de la ciudad y abordado por el diario Regió 7 le soltó a su cuñado la siguiente andanada: "Cuando lo veo físicamente deshecho como está ahora siento compasión, pero cuando pienso en lo que ha hecho me indigno".

El cuñado, que no parece sostener muy buenas relaciones con Pujol, cuenta que éste, sin embargo, frecuenta su domicilio para ver a su hermana, Maria, que hablan del Barça, de la "situación política" y que cuando sale el asunto de la herencia, el "president", como se le vuelve a llamar en los círculos nacionalistas, "calla".

Añade Cabana que Pujol le sugiere tres sentimientos: "Incredulidad, indignación y compasión, que se mezclan y me vuelven a la cabeza, con este orden o no".

Tras la confesión de Pujol, Cabana censuró con dureza a su cuñado y mostró su malestar ante la coartada de que el dinero aflorado en Andorra se lo había legado Florenci, el padre de Jordi y Maria, a su nuera, Marta Ferrusola.

Mientras los Pujol-Ferrusola nadaba en la abundancia y en el secreto bancario, los Cabana-Pujol mantenían un pasar holgado pero sin lujos ni excesos. El episodio de la confesión ha dañado irreversiblemente las relaciones entre ambas familias y sus cabezas. Cabana se ha convertido en el testigo de cargo moral más duro de un Pujol que ya comienza a dejarse ver en público y físicamente no parece tan "desecho" como le describe.

Cabana ya perdió mucho dinero con la quiebra de Banca Catalana y siempre ha manifestado que la fortuna en Andorra no podía tener el origen que aducía Pujol, pero también niega que desde el banco se evadieran capitales al extranjero.

También tuvo problemas con Hacienda

La reciente historia del cuñado de Pujol es notable. En junio de 2013 publicó un artículo en El Punt-Avui en el que se quejaba de una inspección fiscal. Cabana no se envolvía en la bandera para defenderse de Hacienda, sino que trataba de llamar la atención sobre el hecho de que le pedían comprobantes por gastos desgravables que eran obvios y no necesitaban, en su opinión, factura.

Escribía Cabana: "Mi biblioteca me resulta indispensable para el trabajo. Hace 33 años que escribo un artículo semana en este diario y docenas más en otros. Por eso debo estar al día de lo que pasa. Compro y leo diarios y revistas, pero en los quioscos no dan recibos y la suscripción es excepional en mi caso. También compro libros relacionados con el trabajo, pero de uno en uno o de dos en dos. No he guardado las facturas. Pero el grueso de mi bibilioteca está formado por libros y documentos mercantiales que he comprado en los últimos veinte años, después de dejar Banca Catalana. Me han costado mucho dinero. (...) Todos los he comprado personalmente y son los que me han permitido escribir mis libros, desde Fàbriques i empresaris. Els protagonistes de la Revolució Industrial a Catalunya o Caixes i bancs de Catalunya hasta La Catalunya emprenedora en imatges, La burgesia emprenedora o Espanya, un pes feixuc. Tengo unos cincuenta libros publicados y par más en periodo de redacción".

El lamento continuaba: "No tengo facturas, ni de los 4.000 libros ni de los 2.000 títulos, ni de los centenares de documentos mercantiles, fundamentales para mi trabajo y desgravables, en principio, de mis ingresos (...) Hacienda no acepta como desgravable la mayoría de las compras. No tengo nada que esconder y no me da miedo la transparencia y por eso hago público este escrito. Había olvidado decir que tengo 78 años y que me encontraba mejor cuando era joven".

La venta de la biblioteca a la Generalidad


Y concluía: "¿Alguien querría comprar una biblioteca de historia económica catalana que requiere de un amplio espacio para instalarla?". Curiosa manera de poner en venta los libros que un año después encontró un potentado postor, la propia Generalidad. El 12 de junio pasado, pocas semanas antes de la confesión pujoliana, la consejería de Cultura de la administración autonómica le compraba a Cabana sus libros por 135.882 euros, según se puede comprobar en el Diario Oficial de la Generalidad.

Los pocos periódicos que se hicieron eco de la compra del "archivo Cabana" subrayaban el dato de que Cabana era cuñado de Pujol, lo que venía a "justificar" el gasto en una fase de recortes sociales y con la Generalidad en quiebra técnica. El "negocio" de Cabana se realizó en el momento exacto, poco antes del pinachazo de la burbuja del pujolismo, del que hasta entonces había sido entusiasta promotor. "También nos ha engañado a nosotros", repetía don Francesc, el cuñado.

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