La receta económica de Podemos cosechó una contundente respuesta por parte de la dirección nacional del PP, reunida hasta el sábado en Barcelona para dar más visibilidad a las siglas en Cataluña. Fue llegar Javier Arenas al recinto del cónclave y articuló una implacable queja sobre Pablo Iglesias y sus medidas: significarían "la ruina económica" y "un paro terrible para España".
"Hay opciones políticas que no tienen ninguna viabilidad", afirmó en declaraciones a los periodistas. Alcaldes reunidos en la cita -son unas jornadas sobre estabilidad y buen gobierno en los consistorios- insistieron en esta tesis y se mostraron esperanzados de que los ciudadanos están empezando a ver las orejas al lobo. "Puede que reciban parte de la indignación ciudadana, pero también van a hacer votar a mucha gente que se iba a abstener", en voz de un alto cargo. Esto es, mayoritariamente, a simpatizantes descontentos de la formación.
Arenas opinó que el plan Iglesias no va "a ninguna parte" y no se sostiene "ni por la vía de los ingresos ni por la de los gastos". En otras palabras, "la ruina" para un país -insisten formalmente desde la dirección- que poco a poco sale de la crisis y que crece a un nivel superior a Francia o Alemania. Ponen como ejemplo los niveles de la prima de riesgo.