La clave de la operación de Artur Mas para el 9N era demostrar el carácter voluntario de la organización de la consulta, así como la dimensión civil de la autoridad de los centros educativos que se pusieron a disposición de la votación. Así lo ha contado este viernes el columnista José García Domínguez en la tertulia de Es la Mañana de Federico, de esRadio.
Desvelaba el tertuliano catalán que, según ha podido saber de fuentes solventes, un grupo de 8 funcionarios estuvieron entrando los fines de semana en la Consejería de Educación y accediendo a listados y archivos para poder organizar con precisión milimétrica la distribución de centros de votación, urnas y responsables de los mismos en todo el territorio autonómico catalán.
Así, la seguridad de la Consejería abría cada fin de semana las puertas del edificio a estos ocho funcionarios de la Generalidad para que se sentaran en los ordenadores de los funcionarios del edificio y organizaran al consulta. Desde allí, se descartó poner a disposición del golpe separatista a los colegios de primaria, ya que dependen de la Generalidad y los ayuntamientos de forma compartida, pero los conserjes -explicaba García Domínguez- de estos colegios, "que son los que tienen las llaves del centro" responden a su alcalde, no a la Generalidad.
Así, decidieron activar los institutos de secundaria, donde la llave es responsabilidad del director y dependen directamente de la Consejería de Educación de la Generalidad. Cuando tuvieron el listado completo escribieron sendos correos a los directores de los más de 500 institutos que hay en Cataluña para darles instrucciones. Les indicaban el contacto de un "voluntario" que les daría, a su vez, "indicaciones".
Esas indicaciones consistían, siempre según el relato de José García Domínguez, en estar a las 7:30 de la mañana del domingo 9 de noviembre "en la acera de enfrente de su instituto con las llaves del mismo". Justo a esa hora aparecerían tres miembros de la ANC y les pedirían el llavero. Entonces, podrían volver a casa para regresar a las 22:00 horas y recoger de nuevo las llaves.
De este modo, aseguraba García Domínguez, Mas conseguiría darle al golpe esa pátina de impulso de la sociedad civil que voluntariamente organiza el evento. Eso sí, Mas no eludió su responsabilidad y sacó pecho aquella mañana justo después de emitir su voto: "Si el Gobierno busca un responsable, soy yo", dijo ante las cámaras.