Cheques en blanco para los viajes de los parlamentarios

Hasta 2009 el sistema funcionaba de la siguiente forma. Diputados y senadores recibían unos cheques de viaje en blanco como al que ha tenido acceso Libertad Digital. Los rellenaban con nombre, fecha y destino y los entregaban en la agencia de viajes, privada, situada en el edificio anexo del Congreso de los Diputados, en la carrera de San Jerónimo nº 36.

A partir de ahí, la agencia realiza una factura que se la remite al Congreso de los Diputados. Según las fuentes parlamentarias que han facilitado este documento, los cheques se remiten a la secretaría general del Congreso, no al órgano rector, la Mesa, y el Congreso de los Diputados abona la cuenta. Lo mismo ocurre en el Senado.

Lo novedoso es que ni la cámara alta ni la baja elaboran un listado, registro o control de los mismos. Se da la paradoja de que el control que no realiza el organismo público de las Cortes Generales, sí lo elabora esta agencia de viajes privada que ha de contar con un registro para poder hacer y cobrar su factura.

Con este sistema, los parlamentarios pueden realizar tres tipos de viajes por toda España:

1. Los que responden a su función constitucional de representación por circunscripciones, a las que deben atender de jueves (día en que finaliza los plenos semanales) a domingo.
2. Viajes calificados de "sensibles", que consisten -en teoría-, en reuniones privadas o discretas entre líderes políticos.
3. Mitines y actos de partido que también costea el Congreso de los Diputados y el Senado para los parlamentarios.

El problema es que al no existir registro alguno de este tipo de desplazamientos ni justificación de cada tipo de viaje, el diputado o senado puede asistir, o no, a su circunscripción, a una reunión de partido, a un partido de fútbol o a una corrida de toros. Porque la responsabilidad del buen uso de este sistema recae única y exclusivamente en la ética del parlamentario. Congreso y Senado no piden ninguna explicación.