Era un desayuno esperado organizado por la agencia Europa Press y con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, como artista invitada. Acto en el que la corrupción ocupó gran parte de su intervención inicial y del turno de preguntas, aunque al margen quedara el principal caso de corrupción que afecta al PSOE en Andalucía: la trama de los ERE fraudulentos. Algo por lo que no tuvo que pronunciarse la baronesa del PSOE, como tampoco se refirió a la posible imputación de los dos ex presidentes predecesores de Díaz, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, por parte del Tribunal Supremo.
Y eso a pesar de las cinco preguntas que, al menos, formularon los periodistas a través del sistema que se utiliza en este tipo de desayunos informativos: se escriben en una tarjeta que lee el presentador del evento a la invitada. Ninguna de ellas se leyó. Tampoco las dos que presentó Libertad Digital sobre esa posible imputación y si estaría a favor Susana Díaz de expulsar del partido a ambos en el caso de ser imputados por el Tribunal Supremo. No se formularon en un desayuno con Chaves presente entre las mesas de la primera fila.
Sí habló Susana Díaz de la corrupción en general para responder a las disculpas de Mariano Rajoy diciendo que "ya no es suficiente con pedir perdón ni con los pactos entre partidos" porque "a la gente se le ha agotado la paciencia, están abochornados, indignados y cabreados con nosotros". Pidió "publicar todo lo que nos afecta con valentía. Transparencia con todas las instituciones de España. Caiga quien caiga, en tu casa o en la de enfrente".
Preguntada por el criterio seguido por el PSOE en el caso del alcalde de Parla, José María Fraile, suspendido cautelarmente de militancia por su detención por la operación Púnica, Díaz abogó por seguir siendo "implacable" con la corrupción y los casos socialistas que incurren en ella, aunque no concretó si deberían o no ser expulsados de su formación o esperar a la apertura de un juicio oral como dicta el recién aprobado código ético del PSOE.