Las tensiones son tan evidentes que hasta se reconocen en las bambalinas socialistas. La entrevista de la presidenta andaluza, Susana Díaz, en la que se distancia de la estrategia de comunicación del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, - "él tiene una estrategia y yo tengo otra"-, y en la que criticó con contundencia el federalismo asimétrico y el reconocimiento de Cataluña como nación en la cuestión catalana (algo que no ha hecho aún el líder del PSOE), han levantado ampollas entre la baronesa que le aupó como líder y su pupilo en Ferraz.
Tanto que fuentes cercanas a Pedro Sánchez le declaran "muy sorprendido" tras esa entrevista en el diario El País, que ha motivado una conversación telefónica entre ambos desde el pasado domingo.
Sin desvelar el contenido de la conversación, las fuentes consultadas no parecen dar síntomas de una mejoría en las relaciones entre ambos habida cuenta de que la semana que viene Susana Díaz asistirá a un desayuno informativo en Madrid en el que no estará acompañada por Pedro Sánchez.
El motivo, según su entorno, es que "no puede" porque "tiene que asistir al control al Gobierno en el Congreso" el próximo miércoles, aunque, de momento no hay programado ningún acto público entre ambos para aliviar las tensiones generadas por las rectificaciones del líder del PSOE y su sobre exposición mediática.