Tras su polémica sobre la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, que no ha descartado pero tampoco ha abogado por ella, el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, acudía al Congreso de los Diputados para comparecer en la comisión de Exteriores. A su llegada, era nuevamente preguntado por su disposición a aplicar la suspensión de la autonomía catalana por parte del Ejecutivo y, lejos de recular y descartar su aplicación, el ministro acrecentaba la polémica:
"Lo que he dicho es para cualquier gobierno legítimo la línea roja es la Ley. Dentro de la ley todo es posible; fuera de la ley, nada es posible. Y lo que es sorprendente es que eso sea noticia en un país maduro".
Dentro de la comisión, continuaba el debate sobre el citado artículo en las intervenciones de los grupos de la oposición. El socialista catalán, Alex Saez, le echó en cara varias veces sus palabras como ejemplo de 'lo que no se debería hacer' "echando más leña al fuego" independentista.
La respuesta de Margallo fue la misma: "Y digo... he dicho y digo, que si se produjese una infracción a la legalidad, una desobediencia civil, un desafío al ordenamiento jurídico, el Gobierno tiene que hacer aquello para lo que se le ha elegido y que ha jurado: que es guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes".
En el turno de réplica, última intervención y siendo fiel a su más puro estilo, Margallo respondió al diputado socialista acusándole de "ser partidario de mirar para otro lado si se plantea un desafío secesionista" y, a modo de cierre, añadió: "De verdad, a mi me gustaría acostarme y levantarme todos los días diciendo '¡qué razón tengo y qué imbécil es el ministro de Asuntos Exteriores!' Muchas gracias".