"Para mí es un honor", comenzaba Pedro Sánchez en su estreno en la Sesión de Control del Congreso. Nuevo escaño, nueva responsabilidad y primera pregunta para el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aunque de guante blanco. El líder del PSOE interpeló al presidente sobre la situación económica y social de nuestro país "más allá de cuatro datos macroeconómicos que nada tienen que ver con la realidad de la calle".
Sánchez comenzó dando lecciones a Rajoy de "lo que tiene que hacer para crear empleo. Uno, derogar la reformar laboral; dos, subir el salario mínimo interprofesional; y tres, tiene que frenar la apisonadora de los derechos sociales que ha puesto en marcha desde que gobierna y poner en marcha los motores de la reindustrialización en nuestro país".
El nuevo líder del PSOE, algo nervioso en su primer día, tiró de la hemeroteca veraniega al recordarle al presidente que "de las raíces vigorosas de las que hablaba usted hace unos días en Galicia, le diré que quizá existan en el oasis en el que usted vive aislado, pero la mayoría de los españoles todavía tienen sed de trabajo y de un trabajo digno".
El presidente del Gobierno afirmó que la situación económica y política actual le preocupa, pero también le permite tener una esperanza sincera de que saldremos adelante: "Preocupación sí, pero esperanza también". Le recriminó al nuevo secretario general "la montaña de problemas que ustedes nos han dejado y que usted debe conocer muy bien porque usted lo apoyó desde esos escaños", pero cambió el futuro por el pasado para sacar pecho de su gestión al frente del Ejecutivo, gracias a la cual "podemos mirar al futuro con esperanza", zanjó Rajoy.