Las trampas de CiU a Felipe VI
Mas quiere una audiencia real en los premios de la Fundación Príncipe de Gerona, pese a la campaña en contra de la Corona del alcalde de la ciudad.
Mientras el Ayuntamiento de Gerona declara que el título de Príncipe de Gerona no representa a la ciudad, descuelga los retratos de don Juan Carlos y doña Sofía del salón de plenos y el alcalde de CiU, Carles Puigdemont, sopesa declarar personas no gratas a los nuevos reyes de España; el presidente de la Generalidad, Artur Mas, intensifica la presión para protagonizar la primera visita de Don Felipe ya como Rey a Cataluña, a Gerona precisamente, el próximo jueves 26.
Que la fecha estaba marcada en la agenda mucho antes de la abdicación lo prueba el hecho de en que la página web de la Fundación Príncipe de Gerona aún figuran como príncipes los nuevos Reyes en la convocatoria del acto de entrega de los premios Impulsa: "Los Premios Fundación Príncipe de Girona 2014 se entregarán el 26 de junio en el marco del Fórum IMPULSA, presidido por SS. AA. RR. los Príncipes de Asturias y de Girona", reza el comunicado digital.
Una intensa agenda
La visita ahora real formaba parte de la intensa agenda que había desplegado el entonces príncipe de Asturias -y de Gerona- en Cataluña, a la que había girado cuatro visitas en los primeros cinco meses de 2014. En cada una de ellas mantuvo reuniones con empresarios y otros representantes de la sociedad civil, de los que recabó la última hora del proceso separatista y propuestas de soluciones de lo más diverso.
La Generalidad, por su parte, mantuvo una actitud entre distante y displicente, hasta que Artur Mas decidió imprimir un signo más radical al proceso. El entorno del Rey sabe desde la celebración de Barcelona Mobile World Congress, a finales de febrero, cómo se las gastan los servicios de "protocolo" de la administración autonómica, que introdujeron al paso de la comitiva de don Felipe y Artur Mas a un supuesto empresario que le negó el saludo al príncipe "hasta que no nos dejen votar". A partir de entonces se intensificó el celo en los detalles de la agenda catalana del príncipe, razón por la que la Generalidad admite que será difícil que se produzca un "aparte" de Mas con el Rey.
Lo que no se descarta en absoluto es que el independentismo aproveche la visita a Gerona para mostrar su rechazo a la monarquía en la calle, como ya ha hecho en los últimos días con quemas de retratos de los nuevos reyes en actos de las Candidaturas de Unidad Popular (CUP).
Dura campaña de CiU
El presidente de la Generalidad pretende asistir a la entrega de premios de la Fundación Príncipe de Gerona pese a la intensa campaña desatada en contra de la Fundación y del traspaso del título a la princesa Leonor por parte de su partido. En CiU se afirma que no hay contradicción entre manifestar un inédito perfil republicano y al tiempo sondear las posibilidades de mediación en el "conflicto" catalán del nuevo Rey, pero lo cierto es que desde la abdicación, el 2 de junio, Convergencia ha pasado de la hostilidad manifiesta a la Corona a algunas muestras de "deshielo" que pretende suavizar su perfil.
Por otra parte, Mas es capaz de combinar en un solo día su perfil más hosco y radical con pequeñas muestras de racionalidad institucional. Así, pasó de no aplaudir el discurso del Rey a mostrarse cortés en la audiencia posterior a la proclamación tanto con los Reyes como con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Al tiempo y en declaraciones a medios estadounidenses como la agencia Associated Press y la CNN, Mas exhibe un perfil dialogante con el que pretende implicar a Felipe VI en la resolución del proceso separatista, algo más allá de las funciones propiamente constitucionales del Rey en España.
Fractura en CiU
Mas quiere demostrar que mientras él tiende puentes, el Estado, el Gobierno y el Rey bloquean las "aspiraciones de Cataluña". Sin embargo los cambios de registro diarios en materia de "relaciones" con la Corona por parte de Mas están a punto de fracturar CiU.
El democristiano Duran exhibe en público su desacuerdo. Antes por la política de "desconexión" con España en la que la sucesión era una cuestión de un "país vecino", ahora por la intensidad con la que Mas apela al Rey y a las potencialidades mediadoras de la Corona entre el Gobierno y la Generalidad. Advierte Duran de que, en realidad, la nueva estrategia de Mas es una manera de cegar las posibilidades intercesoras y "facilitadoras" de Felipe VI.
En cualquier caso, Mas ni quiere ni puede renunciar a la celebración de la consulta separatista de próximo 9 de noviembre. Eso es innegociable. De hecho, el "emisario" predilecto de la Generalidad ante la Zarzuela, el presidente de la patronal Fomento del Trabajo, Joaquim Gay de Montellà, pidió al rey don Juan Carlos en la última audiencia de su reinado que facilitara la celebración del referéndum.
No era la primera vez que el Rey y el entonces Príncipe escuchaban semejante petición. El grupo de empresarios Puente Aéreo ya le había trasladado a don Felipe una propuesta de reforma constitucional en la que se reconociera a Cataluña como nación, se la dotara de un concierto económico similar al vasco, se blindaran las competencias educativas, culturales y lingüísticas y se le permitiera alguna clase de representación en las organizaciones internacionales.
Ese mismo discurso es el que Gay de Montellà repitió el pasado jueves, primer día del reinado de Felipe VI, en una conferencia en Oviedo con la que pretendía señalar las prioridades y deberes de la Corona de cara a Cataluña.
Presionando al Rey
Así, la presión catalana sobre Felipe VI es la nota dominante de las primeras horas y pasos de su reinado, que sugiere lecturas contradictorias en el nacionalismo. Además de la brecha entre la Convergencia de Mas y la Unión de Duran, la petición de audiencia de Mas al Rey ha provocado la reacción de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), que teme "una propuesta del Estado español apoyada por sectores catalanes que sería una tercera vía, pero una vía muerta", advertía este sábado Carme Forcadell en la presentación de una campaña de la ANC, Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per la Independència (AMI), las tres organizaciones de vanguardia en el proceso separatista, para garantizar la consulta del 9-N.
Al tiempo, ERC presiona a Mas para que no se salga de la "hoja de ruta" de una consulta el 9-N y la proclamación de la República Catalana el 23 de abril de 2015.
En este contexto, en CiU empiezan a contemplar la posibilidad de que la consulta, tal como la plantea Mas, no se lleve a cabo, pero al mismo tiempo exhiben su confianza en que los ayuntamientos y la ANC pueden suplir la ausencia de un referéndum "oficial" con una llamamiento popular a votar que podría tener una gran repercusión internacional.
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