Todo parece indicar que Mariano Rajoy quiere iniciar el próximo curso político con los deberos hechos. Esto es, hecho el diagnóstico electoral y abordando el espinoso asunto de las candidaturas que denominan pendientes. Mientras en Génova se suceden las reuniones con representantes de las estructuras locales y regionales, el presidente citó durante dos días a la cúpula en el Parador Nacional de Toledo. Un retiro en el que, por supuesto, estuvo Pedro Arriola, que insistió en la necesidad de hacer una apuesta por la economía.
A la espera de los cambios -si es que llegan- y con la noticia del encuentro discreto de Rajoy y la dirección ya en los periódicos, dos barones autonómicos discreparon abiertamente sobre cuál ha de ser la estrategia para recuperar al votante descontento. Primero disparó Esperanza Aguirre, actualmente sin cargo institucional (es líder del PP de Madrid) pero en las quinielas para optar al ayuntamiento de la capital. "Al contrario de lo que dice Arriola", afirmó en 13TV, "hace falta un debate ideológico en profundidad". "Estoy en política para decir lo que creo y para dar el debate ideológico, todos los ciudadanos lo valoran", añadió en otro momento.
A juicio de Aguirre, el PP se ha centrado en demasía en el aspecto económico y ha dejado otros asuntos descuidados. Citó expresamente la unidad de España y la lucha contra ETA. Cuando sus palabras aún resonaban -la dirigente madrileña acudió a El Cascabel, que se emite por la noche-, Rajoy arropaba en un desayuno informativo en Madrid a Ignacio Diego, el presidente de Cantabria, que siempre se ha caracterizado por su lealtad hacia el presidente.
"¿Qué tiene que hacer el PP para recuperar el voto perdido?", le preguntaron. "Nada", contestó el cántabro, sentado al lado de Rajoy. Diego trató de explicarse: "el Gobierno está resolviendo los problemas y eso no se discute", afirmó. "Las cosas se están haciendo bien. Yo confío en el guía del PP, que es Rajoy", destacó en un segundo compás. Y alertó ante posibles "experimentos" de formaciones de izquierdas, incluyendo a Podemos.
Sacaron a colación la petición de Aguirre de dar la batalla ideológica. "¿Lo comparte?", le escudriñaron. Pero él insistió en el elogio al presidente: "Se puede confiar a Rajoy", replicó sin entrar en el fondo de la cuestión. En su opinión, en las europeas los españoles se permiten "ciertos desahogos" pero en unas municipales y autonómicas "son mucho menos dados a los experimentos y mucho más a las certezas". Algunos asistentes al desayuno rechistaron al término: "eso no es lo que te dicen en los pueblos". "Hay muchas quejas relativas a los principios del partido. Muchas. En mi barrio es una constante", según un cargo del PP.
Nuevo ‘retiro’ en Toledo
Unas fricciones que se producen después de conocerse que Rajoy despachó en la más absoluta confidencialidad con la dirección nacional -compuesta por la secretaria general, los vicesecretarios y los portavoces de las distintas Cámaras- para analizar los resultados de las elecciones europeas y fijar la hoja de ruta de cara los próximos comicios. La reunión se produjo los días 6 y 7 en el Parador Nacional de Toledo, escenario habitual de los retiros del jefe del Ejecutivo.
En el encuentro, según las fuentes consultadas, Arriola reiteró que la principal baza electoral es la recuperación económica. Ahora, fue una de las principales conclusiones, el Ejecutivo y el PP podrán vender buenas noticias en esta materia, destacando la bajada de impuestos. "Tras una etapa muy dura volvemos al programa electoral y lo cumplimos", será uno de los argumentos que se esgrimirán desde la sede nacional de la formación.