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Pedro Sánchez pide libertad de voto y acabar con la inviolabilidad del Rey

El primer posible aspirante retrata a Eduardo Madina y Susana Díaz al alinearse con la militancia: "No me parece mal que haya libertad de voto".

Sin convocatoria previa, y a última hora de la mañana, el posible aspirante al liderazgo del PSOE, Pedro Sánchez, convocaba a los medios de comunicación en el patio del Congreso para hacer un anuncio que nada tenía que ver con la presentación oficial de su candidatura: "Tendréis noticias mías a finales de semana".

Como hiciera Eduardo Madina al abrir el Congreso a la militancia, el turno de Pedro Sánchez este lunes era para solicitar a la dirección abrir a la militancia, aún más, las decisiones sobre tres cuestiones -Ley electoral, privilegios de cargos públicos y reforma de la ley de partidos políticos-, a través de unas consultas directas.

Pero su petición no era más que una excusa para dejar caer que esta semana anunciará una decisión que ya está tomada y para la que, incluso, ya tiene lema para el Congreso de julio: "Unidos en el cambio". El diputado raso del PSOE aseguró: "Yo, desde luego, no voy a faltar a esa cita". Y preguntado si ese lema de unidad supone que no le importaría hacer tándem con 'alguna', respondió: "Eso es muy prematuro, pero les digo que las ganas que tengo siguen siendo las mismas. Mire, yo no estaba en las quinielas. Hoy estoy en las quinielas por derecho propio y porque hay muchos militantes de base que me apoyan".

A sabiendas de que es el que menos apoyo orgánico acumula, la única forma que tiene de escalar posiciones es cubrir el hueco que tanto Susana Díaz como Eduardo Madina han dejado en torno al debate entre Monarquía o República. Y en este sentido, frente al apoyo constitucional de la primera y el silencio del segundo, Pedro Sánchez se ha alineado con la militancia y con las voces críticas.

"No me parece mal que haya libertad de voto", ha dicho en contra del criterio de la dirección del grupo parlamentario tras reconocer que él "votará a favor de la ley orgánica y de la Constitución". Aunque la novedad es que propone cambios "inexcusables" en torno a los privilegios de la Monarquía.

"Podríamos abrir un debate sobre los privilegios que habría que eliminar de la Monarquía en el siglo XXI. Y, desde luego, uno que es inexcusable es acabar con el principio de inviolabilidad del rey".

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