Rajoy pasa página: "En las grandes cuestiones no nos estamos equivocando"
El presidente promete un plan de acción y Cospedal no descarta cambios. Pero no teme por el bipartidismo y "no hay que extrapolar los datos".
Mariano Rajoy se conjuró contra quienes ven en el 25-M el inicio del fin del bipartidismo. Ni en la Unión Europea, apuntó, ni tampoco en España. "Lo más relevante", llegó a decir el jefe del Ejecutivo a su cúpula, es que PP y PSOE siguen acumulando la mayoría de los votos. "Los terceros están a gran distancia", afirmó a puerta cerrada. Y se reivindicó: "en las grandes cuestiones no nos estamos equivocando".
Los líderes autonómicos llegaron al Comité Ejecutivo preocupados, pero también lamentando que en los medios se estuvieran comparando los datos de las europeas con otro tipo de comicios. Ellos son los próximos que se enfrentan a las urnas, justamente dentro de un año, y Rajoy quiso transmitir serenidad: "cada elección es distinta", "no hay que extrapolar los datos" y de aquí a entonces "la economía va a ir a mejor". Y, según sus cálculos, paulatinamente se ganarán la confianza ciudadana. "Hay que pensar en las elecciones autonómicas en un contexto bien diferente", sentenció.
Un día después de que nadie saliera al balcón de Génova, el ambiente seguía siendo algo lúgubre en la reunión del órgano interno. "Algo tenemos que hacer, hay que reaccionar", se lamentaban. Ignacio González y Alberto Fabra se pronunciaron en este sentido antes de entrar. "Autocrítica", repitieron. Si bien, una vez más, fue Esperanza Aguirre la más nítida en su reclamación. Ante Rajoy, y frente al silencio de algunos de sus homólogos, pidió "cambios internos" en el partido y también "externos". Si bien, posteriormente, su equipo matizó que no se refería a "personas" sino a medidas "para acercar más el partido a los ciudadanos". En todo caso, el presidente no recogió el testigo como tampoco se refirió a su petición de una modificación electoral.
Plan "dinamizador"
Lo que sí articulará a partir de ahora la dirección nacional será un plan "dinamizador", del que no se dieron detalles. Por dos veces, a María Dolores de Cospedal se le preguntó si ese proyecto incluirá cambios en la estructura, pero escurrió el bulto. "Se tomarán las decisiones que se tengan que tomar tanto a nivel nacional como autonómico y local", afirmó la número dos en rueda de prensa, dejando la puerta abierta. El Gobierno también diseñará su propia hoja de ruta para tomar impulso.
Hubo autocrítica, pero no en profundidad. Al menos, no hasta realizar el "análisis" preceptivo de lo ocurrido. "Se han perdido votos" por lo que "algo falla" y "tenemos que mejorar", reconoció Cospedal, que apuntó directamente a la política de comunicación. Aunque recalcó: "los dirigentes del PP nos exponemos mucho en el mejor sentido de la palabra".
Rajoy no fue tan lejos en el mea culpa. "Hay que darle una vuelta" porque "hemos perdido muchos votos", fue su aviso. La dirección piensa que su votante le ha castigado con la abstención, pero que no ha votado a los partidos minoritarios. Todo lo contrario a lo ocurrido con la izquierda, a juicio del presidente. Fue entonces cuando se refirió "a la noticia de esta mañana", en relación a Alfredo Pérez Rubalcaba, al que no citó. La fragmentación del voto de izquierdas, analizó, ha provocado su marcha. "Está disgregado y la radicalidad nunca es buena en un país. Ni de izquierdas ni de derechas", destacó Cospedal, que fue una de las pocas que pudo llevar buenas noticias electorales al Comité. Y recetó: "frente a los radicales tendremos que hacer un esfuerzo de pedagogía. Ese esfuerzo también merece la pena".
En síntesis, el presidente minimizó la caída y se mostró seguro de que el sistema vigente remontará el vuelo. "Decir que se ha acabo el bipartidismo es muy precipitado", dijo Cospedal ante la prensa. A puerta cerrada, Rajoy miró la horquilla parlamentaria y sumando PP y PSOE le salió una "mayoría holgadísima". En paralelo, se siguió susurrando la posibilidad de una gran coalición, pero con cautela: "queda mucho para unas generales, y tenemos que ver lo que ocurre con el PSOE. Todo depende de ellos", en voz de un histórico. Pero "es una propuesta que no se puede desdeñar", recalcó.
Este martes, el presidente se traslada a Bruselas para mantener una cena de trabajo con sus homólogos comunitarios. En otras palabras, empezará el reparto de cromos y la pugna para formar el nuevo Gobierno comunitario. Una "reunión de altura", según advirtió Rajoy al Comité Ejecutivo, en la que se presentará como uno de los pocos líderes en el poder que ha ganado las elecciones. Aunque el panorama en Bruselas tampoco es fácil -el PPE quedó muy lejos de la mayoría absoluta- y habrá que negociar, y mucho.
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