Por fin, el baño de multitudes. El eterno paseíllo en el que Mariano Rajoy llegaba a resoplar ante el número de besos, achuchones y apretones de manos. Valencia no falló y ofreció una imponente fotografía a cuatro días de las elecciones europeas. No fue en el coso taurino –símbolo de sus mejores momentos- pero sí un repleto Ágora en el que una hora antes ya había seis mil militantes y simpatizantes.
Sacado músculo político, más importante si cabe tras varios días en bucle por las declaraciones de Miguel Arias Cañete sobre las mujeres, los responsables de campaña encaran la recta final con cierta tranquilidad: los sondeos, aseguran, siguen siendo buenos. No hay peligro. El "desliz" del candidato no ha hecho mella aunque la abstención sigue siendo un problema, y grave.
Así, el presidente mantuvo su discurso al uso pero con un tono bastante más enérgico. Los golpes al PSOE se repitieron una y otra vez. "¿Hay un solo español que piense que aquellos que dejaron España al borde de la quiebra puedan traer la recuperación?", preguntó, mientras se escuchaba un rotundo "no" por parte del público. E insistió: "no podemos volver al pasado".
Tras el perdón tardío del candidato, Esteban González Pons quiso dar el tema por resuelto: "te he visto explicarte por 30 segundos –en relación a su comentario en Antena3- y yo quiero darte las gracias por 30 años de servicio a España", afirmó. "Las mujeres no votaremos a los socialistas porque tienen mucho peligro", recalcó una vehemente Rita Barberá, la alcaldesa de ciudad.
Ni Rajoy ni el susodicho hicieron mención al incidente -el número 1 se limitó a decir que harán campaña "como señores, sin insultos"- y se centraron en el mensaje económico. "Hay recuperación y se creará empleo (…) el mes de mayo va a ser magnífico y la comunidad valenciana estará a la cabeza", proclamó un Rajoy venido a más, que trató de insuflar ánimos a los suyos: "somos un partido gigantesco. Os necesitamos, os pedimos ayuda y estoy convencido de que siempre estaréis ahí".
Duro ataque de Pons a Díez
En su guión, por supuesto, no pudo faltar la advertencia sobre los partidos pequeños. En línea con el polémico vídeo de los populares catalanes, Rajoy afirmó: "un partido con un diputado o dos no existe" en el Parlamento europeo. Y añadió: "si en una elección no se puede tirar el voto es en la elección del domingo", en clara referencia a Vox, Ciudadanos y UPyD.
González Pons dedicó un capítulo aparte a Rosa Díez recordando su pasado socialista: "la candidata del PSOE mandó una carta pidiendo que vetaran a Loyola de Palacio (en las instituciones comunitarias). ¿Quién era la candidata del PSOE? Valenciano no, ni Rubalcaba. Era Rosa Díez. Algunos seguimos estando en el mismo sitio, otros se presentan con otra cara y engañan a la gente", destacó.
"Nosotros no luchamos contra otras fuerzas políticas. Allá cada cual con sus responsabilidades. Nosotros luchamos contra el paro, la deuda, el estancamiento, la marginación y la desesperanza. Luchamos por el futuro", ofreció el jefe del Ejecutivo como resumen. Si bien, además de alertar sobre los pequeños, cuajó su intervención de ataques el PSOE. No es que tachara de "ridículas" las políticas socialistas, sino que llegó a calificar de "disparate" el plan de Rubalcaba y Valenciano para la Unión Europea.
Para ilustrar sus palabras, el presidente puso como ejemplo el plan de acción del socialista Manuel Valls, el primer ministro francés, de mitin en Barcelona justo a la misma hora. "Yo le digo que hace bien en ser valiente", afirmó, tras explicar que ha hecho un recorte de 5.000 millones de euros en su país. "Los socialistas españoles, no", remató.