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El PP reclama al Cañete "de verdad" y se revuelve contra Arriola

Los estrategas buscan darle la vuelta a la situación. Según Pons, Valenciano "mintió a costa de las mujeres". Mientras, Rajoy mantiene su discurso.

Las últimas horas están siendo aciagas para la candidatura de Miguel Arias Cañete. Hasta el debate, todo -salvo la abstención- parecía a su favor; las encuestas mostraban un ascenso en intención de voto y en tertulias y círculos políticos se hablaba del "efecto Cañete" en positivo. Pero llegó el cara a cara y, aún peor, sus declaraciones a la mañana siguiente en un programa de televisión, y que convirtieron al cabeza de cartel en objeto de todo tipo de críticas en las redes sociales.

Los dos golpes están relacionados. La mayoría de cargos consultados opinan que Cañete no estuvo bien ante Elena Valenciano. Que "no fue él", que "desapareció ante la marabunta de datos". Incluso sus próximos admiten que le fallaron las "formas", pero recalcan que "no el fondo". Estuvo encorsetado, leyendo en constantes ocasiones. Según desliza uno de sus asesores, "no quería perder el guión establecido".

La imagen de derrota se multiplicó al término del debate, con la reacción ofrecida en la sede nacional. Mientras en Ferraz se vitoreaba a Valenciano al grito de "victoria", en Génova se hizo el silencio. Cañete no apareció, los miembros de Nuevas Generaciones no le aplaudieron y únicamente Pilar del Castillo dio la cara por él. Nadie de la dirección nacional.

Cuando el PP trató de reaccionar ya era demasiado tarde. "Lo que vimos fue cómo el rigor, la verdad y los hechos ganaron a la demagogia a la provocación del PSOE, esto es lo que vimos", resumió María Dolores de Cospedal este viernes. En esto sí hay coincidencia entre los populares: "frente al brindis al sol con música social de Valenciano, un Cañete con datos diciendo lo complicada que es la realidad", comentaba un alto dirigente. Algunos cargos echaron la vista atrás y rememoraron el cara a cara entre Manuel Pizarro y Pedro Solbes: "Pizarro tenía razón, al final se demostró, pero ganó Solbes".

Un día después, llegaron los lamentos. Un debate es mucho más que "datos". En las autonomías del PP la confusión y la preocupación hicieron mella. "Un debate no es ajedrez ni retórica aristotélica. Es boxeo, con mucho juego de cintura pero metiendo manos demoledoras, yendo al KO", se decía en una de ellas. Sin embargo, lo que hubo fue formalismo y éste "acabó haciendo desaparecer al verdadero Cañete", según admitió un miembro de la dirección.

El perfil bajo, el no levantar la voz, el no dejar de seguir la pauta establecida... Y un nombre en boca de casi todos: Pedro Arriola, el todopoderoso sociólogo del presidente. Durante las horas previas, estuvo encerrado en Génova13 con Cañete para preparar la estrategia. Hasta el último minuto. Y él, según los suyos, la siguió a rajatabla. Ahora, se lamentan de que "Miguel desapareció" de las televisiones de millones de españoles.

En el PP, tras el chasco, exigen responsabilidades. Aunque no es la primera vez que lo hacen, aunque siempre en privado. Arriola no es especialmente querido por una parte del partido, pero cuenta con la confianza de Mariano Rajoy y, antes, de José María Aznar. Tras escucharle en una Interparlamentaria, donde hizo un análisis de la cocina de las encuestas, un alto cargo afirmó: "eso lo sé hacer yo. Ha sido una pérdida de tiempo". Cuando Javier Arenas no consiguió mayoría absoluta en Andalucía, muchos consideraron que él tuvo buena parte de la culpa. Y también ahora, cuando -según se quejan fontaneros de Génova- recetó "perfil bajo" y "economía".

"Miguel no es machista"

Perdido el cara a cara -al menos, según se escuchaba de forma mayoritaria en radios y televisiones-, llegó el remate. Cañete trató de defenderse: "el debate entre un hombre y una mujer es muy complicado" ya que "si haces un abuso de superioridad intelectual, parece que eres un machista que estás acorralando a una mujer indefensa", dijo en Antena3. Y se encendieron las redes sociales. Un portavoz autorizado reconoció el "error" fruto de estar "demasiado expuesto" y "el cansancio". Pero "Miguel no es machista", zanjaban. "Las mujeres del PP estamos orgullosas de tener un candidato como Cañete", afirmó la senadora Carmen Riolobos. Varias parlamentarias -como Belén Bajo o Arenales Serrano- se pronunciaron en términos parecidos, según recoge EFE. También su sucesora al frente del Ministerio de Agricultura, Isabel García Tejerina, se pronunciaba: "Sus palabras ni recogen superioridad intelectual ni recogen machismo de ningún tipo", declaró desde Valencia.

La cuestión salpicó al Ejecutivo. Al término el Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría puso en valor la lucha del gabinete por la igualdad real entre hombres y mujeres y recalcó que, como vicepresidenta, no podía comentar las declaraciones de Cañete. Mientras, un portavoz de la Moncloa no dio por perdido el debate -"Fue equilibrado", según una alta fuente- al tiempo que destacó que "Cañete dijo todo lo que tenía que decir". El entorno del presidente -en línea con las cifras ofrecidas por Arriola- espera que los sondeos no se muevan mucho. "No creo que vaya a tener mucha incidencia", afirmó un miembro de la cúpula.

En todo caso, ahora toca impulsar la candidatura. Y, según los estrategas, la clave pasa porque vuelva a verse al Cañete "de verdad" de aquí a la cita con las urnas. Así, al candidato se le verá más bravo en los mítines que tiene previsto en los próximos días, aunque "sin cometer el error de la entrevista" que ya está buscando subsanar. En paralelo, Rajoy -que no hizo mención al debate en Valladolid- se implica de aquí al 25-M con una batería de actos: salvo el martes, todos los días pedirá el voto para el PP. "Cañete no se ha ido. Es el mismo de siempre. Y quien diga que es machista miente". Para demostrarlo, volverá a ir puerta a puerta. Si bien, prácticamente todas las fuentes admiten el revés sufrido.

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