El título de su ponencia ya lo dice todo: "Lo que nos queda por hacer". Ante el poder político de Madrid y con la presencia estelar de su marido, Ana Botella ofreció su receta económica -"Más inversión, menos impuestos y más oportunidades"- y recalcó que seguirá dedicando sus energías "en el futuro" a encontrar "soluciones" para la capital de la nación.
La última decisión sobre la candidatura la tomará Mariano Rajoy, y así lo advirtió la propia Botella. Pero, dicho esto, reivindicó su herencia política –según defiende, 100% PP- al frente la alcaldía de Madrid, puso encima de la mesa anuncios estrella y avanzó su hoja de ruta para el futuro. Y todo partiendo de una base, según su equipo: "En cuanto se puede, hay que devolver a los ciudadanos el dinero".
"He llevado a cabo un trabajo ingrato pero vital", afirmó Botella en el Foro ABC, ante un auditorio abarrotado. "Reducir nuestra deuda en 3.000 millones de euros a finales de este año multiplica las oportunidades a los madrileños, hoy y en el futuro", sentenció. Y sacó pecho de que se pague a proveedores en un "plazo medio" de 33 días o que se haya reducido el gasto corriente anual en cerca de 500 millones de euros. "He reaccionado como cualquiera lo haría en su economía familiar", destacó.
Más inversión y menos impuestos, ofreció para el presente. Gracias al superávit, "los madrileños disfrutan de una rebaja progesiva de los impuestos", que ya fue anunciada en su día y que es efectiva desde este 2014. Pero hay más: a partir de 2015, quedará eliminada la tasa de basuras "sin por ello modificar en ninguna de sus prestaciones el servicio de recogida que disfrutan los madrileños". Una tasa, por cierto, con sello de Alberto Ruiz Gallardón, también presente en la sala.
Hubo un segundo anuncio importante, y en un tema que otrora provocó un hondo malestar ciudadano: los distritos de Carabanchel, Fuencarral y Hortaleza "dejarán de ser zona de estacionamiento regulado". Esto es, sacará los parquímetros de los distritos periféricos, como así le reclamaban los vecinos.
"Esto no excluye, por supuesto, que se abra el debate sobre el futuro de Madrid y de los madrileños. Ese debate es más importante que el debate acerca de mi futuro, el del PP o el del PSOE", afirmó, introduciendo ella misma la espionsa cuestión de su candidatura. Los asistentes -también estaban Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, en la terna de la alcaldía- salieron con la impresión de que Botella se ve fuerte y quiere seguir en la puja. Pero, de igual forma, la mayoría opina que todo dependerá de la "encuesta de turno" y que ella hará lo que diga Rajoy y, en caso de tener que irse, lo hará sin hacer ruido.
En todo caso, Botella articuló un discurso de futuro. "Hemos reformado la casa, hemos ampliado sus muros y hemos puesto en orden el presupuesto familiar", resumió. Y tiene ganas de más, y así quedó de manifiesto con expresiones como "esto es lo que nos queda por hacer y ésta es mi prioridad". "Desde que soy alcaldesa, y a pesar de las dificultades, me siento orgullosa y honrada de estar comprometida con el futuro de Madrid", remató con el PP pendiente de ella.