Mariano Rajoy sabe que se la juega el 25 de mayo. Una derrota en las elecciones europeas le pondría en una situación muy delicada. Casi asfixiante en clave interna. Muchos temen el efecto dominó, principalmente los barones autonómicos y locales, cuyos comicios son los siguientes. Ante esa amenaza, el presidente exige a los suyos una movilización histórica. "Llevamos mucho tiempo sin ir a las urnas", afirmó en la puesta de largo de la candidatura europea, y "es la hora de vender los esfuerzos".
La actividad se prevé frenética tras el parón de Semana Santa. Y el jefe del Ejecutivo volverá a ponerse el mono de campaña. Si bien, reclama la implicación de todas las estructuras del partido. A su juicio, el esfuerzo de todos ha hecho posible que "por fin vuelva la luz" y "hay que contarlo pueblo por pueblo, casa por casa". Esto es, hay que quitarse los miedos de la primera etapa de la legislatura -en la que los impopulares ajustes achantaron a no pocos cargos, como también y principalmente la subida de impuestos- y salir con la cabeza bien alta.
El grito de batalla está bien claro: "Todo lo que no sea ganar el PP es retroceder en la recuperación", sentenció Rajoy en Toledo, con el nuevo equipo llamado a conquistar Europa ya proclamado. Y para ello "hay que movilizarse, ése es el esfuerzo que os pido", insistió en los compases finales de su intervención. Como argumentos, volvió a tirar de la ristra de datos que, a su juicio, demuestran que España avanza segura hacia la luz prometida: "No vamos a vender brotes verdes hasta que no sean realidades sólidas, pero la recuperación es innegable", se reafirmó, recibiendo la ovación del abarrotado auditorio.
El mensaje iba destinado al PP en general, no sólo a los candidatos. Ante las "mentiras" del PSOE, cifras económicas. "Hay algunos que todavía se empeñan en negar la evidencia. Una vieja tradición. Negaron la crisis, su gravedad, hablaron de unos brotes verdes que sólo veían ellos y ahora niegan que España ha salido de la recesión, está saliendo de la crisis y que estamos creando empleo", argumentó Rajoy con vehemencia. "Los hechos objetivos no se pueden negar. ¿Cómo se puede confiar en un partido con tan grave conflicto con la realidad? O bien se engaña así mismo, o a los españoles, o las dos cosas a la vez", remató.
Mayor Oreja pasa al olvido
Nadie faltaba en Toledo. O más bien, casi nadie. Como se preveía, Jaime Mayor Oreja no participó en el acto de presentación de Miguel Arias Cañete. Y absolutamente nadie le citó. Mientras Carmen Fraga, la hija del fallecido Manuel Fraga, recibía el aplauso de todos por dar un paso atrás y retirarse, el histórico del PP no cosechó ni una sola mención. Un hecho que alimenta más si cabe la teoría de la ruptura.
En cambio, como cabía de prever, todo fueron elogios hacia un pletórico Cañete. "¡Hemos reservado lo mejor para el final!", dijo entre risas Rajoy sobre su tardanza. "No sé si a alguien le ha cogido por sorpresa la elección de Arias, creo que no. Está puesto ahí para ganar y no sorprende a nadie", destacó. Y aún añadió: "Es el mejor candidato, el que algunos no querían ver ni en pintura".
El currículum del todavía ministro ayuda, y mucho. Y de él se sirvió el presidente. "La elección de Miguel es la mejor prueba de que este partido se toma Europa en serio. Estamos mandando a uno de nuestros primeros espadas. No va de nuevas, dejó huella", expuso con una bandera española entrelazada con otra europea en un enorme plasma. María Dolores de Cospedal, que intervino previamente, le calificó como "uno de los políticos más cualificados y defensores de España".
"España", repitieron por varias veces Rajoy y Cospedal. Esto es, la unidad del país también estará muy presente en la campaña. "Nuestras armas", enarboló el presidente, "son los españoles y España, eso es lo que tenemos aquí". Pero, de igual forma, trataron de convencer a la opinión pública de la importancia que ya tienen la instituciones comunitarias: "De lo que decidamos el 25-M significará estar o no en la primera línea. Yo sé lo que me pasaba a mí cuando llegaba al Consejo Europeo a principios de 2012. Yo estaba allí, no me lo tienen que contar", en palabras de Rajoy, que proclamó que el país vuelve a estar en la locomotora tras el fiasco en política exterior de Zapatero.
Todos los candidatos subieron al atril para hacerse la foto de rigor. Esteban González Pons -citado por el propio Rajoy- estaba en un lugar preponderante, aunque no tomó la palabra. Se da por hecho que él tomará las riendas del equipo europeo cuando Cañete sea comisario, tras las vacaciones de verano. También bien visibles Teresa Jiménez Becerril (3) o la incombustible Pilar del Castillo (5). "La elección es fácil: se trata de más PP y menos PSOE", resumió Cospedal. Nada de hablar de los partidos minoritarios. Cañete, venido arriba, dejó una de esas frases para la hemeroteca: "Presidente, te doy las gracias por ser previsible".