Tras dos días de reuniones con mandatarios de países africanos, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, abogó en Bruselas por atajar la crisis migratoria con recetas de largo plazo. "Lo que soluciona el problema (…) es generar las condiciones de vida que les permitan vivir dignamente en su país".
En opinión del presidente y de las autoridades comunitarias, la única respuesta eficaz pasa por reforzar la cooperación entre continentes. "Debemos evitar que se repitan dramas como el de Lampedusa", exclamó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, sin citar la valla de Melilla, pero aludiendo a las escalofriantes escenas que se repiten periódicamente en los países que, como España, son puerta de Europa para la inmigración ilegal.
Muy crítico con la lentitud de los tiempos de la UE, Rajoy reclamó respuestas concretas en esta cumbre en la que los líderes europeos acordaron desembolsar un total de 28.000 millones de euros para toda la región y no exclusivamente destinados al problema de la inmigración.
Con los asaltos masivos repitiéndose en las fronteras españolas, el presidente Rajoy quiso subrayar que el problema de la inmigración ilegal, además de "inaceptable", en sus propias palabras, requiere ser atajado en su origen. “Si no, es inevitable que se quieran ir, porque su prioridad es vivir, como es natural”, argumentó.
"Otra cosa es que se pretenda entrar ilegalmente en la UE", reivindicó el presidente, que no quiso aclarar si tiene intención de regular las devoluciones en caliente, pero sí exigir apoyo a la UE. "No puede permitir las entradas ilegales", exclamó. Además, España reclamó ayuda para luchar contra las mafias e hizo una llamada a respetar los derechos humanos.