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Rajoy: "Este presidente no va a cuestionar nunca el régimen foral navarro"

Fija postura sobre Navarra y Cataluña. Sobre la primera, defiende la estabilidad frente a "cantos de sirena". Sobre la segunda, insiste en la ley.

Fija postura sobre Navarra y Cataluña. Sobre la primera, defiende la estabilidad frente a "cantos de sirena". Sobre la segunda, insiste en la ley.

El presidente se siente cómodo en el Senado. Nada más llegar, los populares le reciben en pie aplaudiéndole. Y durante los rifirrafes se viene arriba y queda sin rival, hasta el punto de que se permite un cierto tono chulesco. "Muchas gracias por su brillante réplica", tiró de ironía nada más terminar Marcelino Iglesias, provocando la carcajada de los suyos.

Con más tiempo que en el Congreso para defender sus tesis, Mariano Rajoy abordó desde prismas muy diferentes la situación que atraviesan Navarra y Cataluña. Sobre la primera, se situó del lado de Yolanda Barcina y asumió su discurso sobre el régimen foral, a pesar de las voces en el PP que lo critican. Sobre la segunda, aseguró que nunca cerrará la puerta al diálogo pero "no" para "liquidar la soberanía nacional".

"Este presidente ni cuestiona ni va a cuestionar nunca el régimen foral navarro", sentenció Rajoy, tras las preguntas de UPN. Para el jefe el Ejecutivo, este modelo es una "pieza más" del sistema autonómico y casa sin problemas con "la Constitución" y "la solidaridad" entre regiones. "No está reñida y esperemos que así siga en el futuro", destacó en una nueva sesión de control al Gobierno.

No todos piensan como él en su partido. Hace pocos días, el madrileño Ignacio González blandía la bandera de la igualdad entre territorios y reclamaba un giro radical del sistema vigente para terminar con los "privilegios" de Navarra, y también del País Vasco. La contestación, aunque indirecta, no pudo ser más clara: "Respeto del presidente al régimen foral" porque así se escribió en la Carta Magna y "es compatible con la lealtad entre administraciones y la solidaridad".

Además, y sin que se le hubiera preguntado, Rajoy cogió un último papel para hacer referencia a la crisis política en la comunidad. "Frente a aquellos que se dejan seducir por cantos de sirena", en referencia al Partido Socialista, "yo reafirmo el compromiso de mi Gobierno con una Navarra foral y española".

Diálogo "no para liquidar la soberanía nacional"

Más vehemente estuvo a la hora de hablar de Cataluña. Aunque no aportó nada nuevo a su ya consabido discurso, su oratoria llevó al PP a aplaudirle con más ganas si cabe. Sacaron a colación la amenaza separatista tanto CiU como el PSOE, no sin acusarle de decir constantemente "no" a la hora de negociar. "Podré tener muchos defectos, que los tengo, pero no me he caracterizado por no hablar", replicó Rajoy, para quien es Artur Mas el que ha tomado, siempre, decisiones unilaterales.

"Póngase usted en mi lugar, y deje a un lado las ilegalidades que son todas. Eso no es dialogar, eso es imponer", zanjó. Según dijo, no está dispuesto a atravesar la línea roja de la ilegalidad: "Vamos a hablar de personas, no de territorios", apuntó en no pocas ocasiones. De nuevo, recordó que ha sido el Estado el que ha evitado que Cataluña cayera al agujero. "Estoy dispuesto a hablar pero no de la liquidación de la soberanía nacional", resumió, para apuntalar una idea más: "La inmensa mayoría de los españoles" quiere que España siga tal y como está.

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