Después de la tormenta llega la calma. En síntesis, éste es el mensaje que trató de lanzar el Partido Popular vasco tras días de enorme tensión interna que incluso llevaron a Manuel Uriarte a dar un paso atrás y rechazar la secretaría general. "Ha habido amenazas, tantas que no merecía la pena", según una de las partes implicadas. Si bien, logrado un acuerdo a última hora, Arantza Quiroga y su maltrecho cinturón político intentaron ofrecer una imagen de unidad.
Se celebró en San Sebastián un congreso extraordinario con dos caras. Una, con los focos encendidos. Otra, la de los pasillos, en la que siguieron los contubernios y se hablaba de vencedores y vencidos. En boca de todos, Iñaki Oyarzábal, el saliente número dos. Finalmente, Quiroga logró apartarle para situar a alguien de su entera confianza: Nerea Llanos. Para lograrlo, contó con el respaldo expreso de María Dolores de Cospedal frente a Alfonso Alonso, que quería mantener su cuota de poder.
"Son cuatro y están peleados", se lamentaban en Madrid. Pero Cospedal, en la inauguración del cónclave, quiso templar los ánimos. Y lo hizo haciendo una alusión expresa a Oyarzábal y dando a entender que va a aumentar sus responsabilidades a nivel nacional. "Ya sabemos que se dicen muchas tonterías, pero sabemos lo importante que eres en el PP de toda España", afirmó, con el dirigente vasco en primera fila escuchándole.
Entonces, el auditorio rompió en aplausos por varios minutos. Tal fue la ovación que Oyarzábal, en presencia de Quiroga, se levantaba para saludar a los asistentes y le daba dos besos. Cospedal continuó: "Le he pedido a Iñaki que, en el ámbito de sus responsabilidades, me ayude todavía más",desveló. Actualmente, es el secretario de Justicia, Derechos y Libertades de la formación a nivel nacional. "Necesitamos a gente de tanta valía, a vascos de tanta valía, trabajando conmigo Iñaki, que me vas a ayudar todavía más", sentenció.
Más que el congreso de Quiroga "está siendo un homenaje a Oyarzábal", era el comentario más extendido, antes de las votaciones. La plana mayor del PP nacional y vasco tuvieron gestos de cariño.
En paralelo, todos los discursos tenían un mismo objetivo: tratar de dar zanjada la grave crisis interna y ofrecer una imagen de unidad con la que pasar página. "Quiero empezar mi intervención pidiendo perdón a todos y cada uno de vosotros", afirmó Arantza Quiroga, tras emocionarse al recibir el apoyo explícito de Iñaki Oyarzábal, al que ha aparta de la secretaría general del PP vasco.
Perdón "a todos los que os hayáis sentido ofendidos en este complicado tránsito hasta el congreso de hoy", continuó la líder regional, admitiendo la brecha, cosa que no es habitual en los cargos de la formación de centro-derecha. Aún dijo más: "Y perdón, por encima de todo, por dañar la imagen de unas siglas como éstas, las del PP vasco, a las cuales hemos dado sentido los aquí presentes, los que nos precedieron, y sobre todo, nuestros compañeros asesinados por ETA".
Previamente, Quiroga y Oyarzábal ofrecieron la fotografía de la reconciliación. En un clima de enorme emoción -ella no logró contener las lágrimas-, se abrazaron después del que el secretario general saliente prometiera "seguir trabajando por el PP vasco". Le dijo expresamente: “Vas a seguir contando conmigo para lo que quieras. Voy a estar ahí”.
Oyarzábal también se disculpó por las "equivocaciones" cometidas e hizo contantes referencias al PP como un partido “abierto y centrado”. El número dos en la primera etapa de Quiroga y durante la gestión de Antonio Basagoiti recibió la aprobación de su gestión por amplia mayoría y cosechó únicamente seis abstenciones.
Alfonso Alonso, que pugnó prácticamente hasta el final por el control del PP vasco, y Antonio Basagoiti, que regresó de México para participar en el cónclave, hicieron constantes referencias a la unidad. "Tienes todo nuestro apoyo", le aseguró el primero, reclamándole “pasión” a la hora de gestional. Según el segundo, todos van a apoyarle en esta nueva etapa.