Un debate "decisivo" para el que Rajoy se guarda anuncios potentes
Elevará las previsiones de crecimiento y empleo y avanzará medidas liberalizadoras y detalles de la reforma fiscal. Sin cambios sobre Cataluña.
El presidente hará un relato de lo acontecido hasta el ecuador de la legislatura. Dirá que, cuando llegó a la Moncloa, España estaba al borde del precipicio y nadie confiaba en que pudiera salir adelante; que la presión nacional e internacional para que pidiera el rescate fue muy agresiva, con la prima de riesgo desbocada; pero que él resistió e hizo reformas, la tendencia fue cambiando y empezaron los primeros signos de recuperación. Una versión que no es nueva, pero que volverá a ofrecer el martes en el Debate sobre el estado de la Nación para vender un cambio de ciclo: el de la austeridad al crecimiento, blandiendo la bandera de la bajada de impuestos.
Es un debate decisivo, en víspera de la campaña electoral a las elecciones europeas. Mariano Rajoy ha retrasado decisiones importantes para prepararse bien la cita parlamentaria. Su partido aún no tiene candidato a los comicios y existe un constante runrún sobre cambios en el Ejecutivo. Pero antes "hay que ganar", y para ello el jefe del Ejecutivo se armará de datos económicos y anuncios "potentes".
La economía centrará gran parte de su intervención. "Es la principal preocupación de los españoles", repite en constantes ocasiones. Y Pedro Arriola, su sociólogo de cabecera, insiste en que es su principal baza para ganar impulso en las encuestas. "El objetivo es hacer balance de lo hecho, cómo ha cambiado la situación económica y trasladar esa recuperación que se ve en las grandes cifras a las economías familiares", resume Soraya Sáenz de Santamaría.
Ése será uno de los pilares del discurso de Rajoy. Admitirá que hasta la fecha ha estado más preocupado de la macroeconomía porque sin ella no hay recuperación posible; como ejemplo, recordará la "transformación" del sistema financiero. Pero que, estabilizada la situación, se ocupará ahora de los españoles de a pie. De hecho, revisará al alza las previsiones de crecimiento y empleo tras unos primeros datos "muy conservadores" que ya han quedado obsoletos. En palabras de la vicepresidenta, llega el turno de las "reformas para el crecimiento", y ahí es donde entra el plan fiscal que está elaborando el Gobierno con la colaboración de los expertos.
La reforma fiscal
"Bajaremos los impuestos", prometerá el presidente a la nación. Las primeras medidas se tomarán ya en 2014, aunque la bajada del IRPF -salvo sorpresas- se espera para el 2015. Pero Rajoy dará detalles. "Se tendrá muy presente a las clases medias" a través de un sistema "mucho más equitativo y flexible", según Sáenz de Santamaría, que hizo el viernes la "previa" al gran día del Congreso.
La nueva reforma fiscal, según el Gobierno, estimulará la contratación, mejorará la competitividad en línea con las medidas de estímulo fiscal introducidas en la ley de emprendedores, será más equitativa, favorecerá la lucha contra el fraude y aumentará la recaudación. Capítulo destacado tendrán familias y dependientes.
Antes era austeridad y ahora es "crecimiento". Así lo repiten también los ministros consultados, muchos de ellos implicados en la preparación del debate. Rajoy y su núcleo duro llevan trabajando en ello días con las fichas que suele utilizar para este tipo de ocasiones. El presidente lleva sin agenda pública desde el miércoles por la mañana y en Moncloa no desmienten que está preparando el debate y que es importante.
"Nos la jugamos todos y, como es natural, también el presidente", comenta un ministro en conversación informal. Por ello, Rajoy no se quedará en los impuestos y también avanzará el resto de reformas en cartera. "Habrá un impulso en las liberalizaciones, empezando por el sector de los transportes", según las fuentes consultadas. También hablará de unidad de mercado y del sistema eléctrico.
Sin cambio de postura sobre Cataluña
Habrá más patas en la perorata a sus compatriotas y estará preparado para que la oposición le saque otros temas. Hará referencia a la banda terrorista ETA y a sus últimos movimientos y también a la lucha contra la corrupción. Y, por su puesto, saldrá de él mismo volver a fijar postura con respecto a la ofensiva separatista. Un asunto que le preocupa y ocupa, pero que sigue por detrás de la economía.
Sobre Cataluña, Rajoy se ceñirá a lo ya dicho: no se moverá fuera de los márgenes de la Constitución y las leyes. Y, en este punto, cree que poco a poco le va ganando a Artur Mas la partida, más aún después de que los empresarios estén empezando a elevar la voz. "Aquí no habrá cambios", aseguran al más alto nivel. "Diálogo", por supuesto, pero sin permitir la ruptura de España.
La situación de la Corona, la inmigración ilegal, la politización de la Justicia, el aborto… sobre todas esas cuestiones Rajoy también se está preparando. En los círculos populares opinan que el presidente se crece en el rifirrafe parlamentario y no tendrá problemas con Alfredo Pérez Rubalcaba. Prácticamente nadie duda que será arengado con ahínco por el Grupo Popular. El problema es otro: "Estamos vendiendo una y otra vez que la recuperación económica ha llegado pero la gente sigue sin notarlo", apuntan no pocos dirigentes. Y eso, continúan, sin tener en cuenta el enfado de las bases y los sectores próximos al partido, que no disminuye.
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