El Gobierno evitó los formalismos para dar un explícito toque de atención al líder de la oposición ante la posible alianza de los socialistas con Bildu en Navarra. "Indudablemente no estamos hablando de un pacto cualquiera y el PSOE lo debe explicar", afirmó Soraya Sáenz de Santamaría sumándose a la presión que desde el jueves hace el Partido Popular para que Alfredo Pérez Rubalcaba pare los pies a Roberto Jiménez, el líder del PSN.
La vicepresidenta, que no suele utilizar la mesa del Consejo para abordar cuestiones de partido, en esta ocasión sí puso en un brete a Rubalcaba. Partiendo de la base de que "si hay irregularidades" tienen que ser investigadas por los "órganos oportunos" generando "las consecuencias que puedan acarrear", recordó al PSOE que en la Junta de Andalucía también se ha abierto una investigación y no se ha planteado la posibilidad de elecciones anticipadas. "Es incoherente con la posición que el PSOE mantiene cuando gobierna en otras comunidades que pueden estar afectadas por determinadas investigaciones de ámbito similar", fueron sus palabras.
"El PSOE debe dar explicaciones" y aclarar "cómo se toman determinadas posiciones", insistió Sáenz de Santamaría en rueda de prensa. Pero, además de por la comparación andaluza -que no hizo explícita-, también por quienes son sus compañeros de estrategia. "Amigos de ETA", en palabras de Esteban González Pons, que este jueves protagonizó parte de la ofensiva del PP para apretar a Rubalcaba. La vicepresidenta no fue tan lejos, pero el planteamiento de fondo es el mismo. "Tendría unas connotaciones que le corresponde al PSOE explicar", dijo.
Sáenz de Santamaría esquivó la pregunta expresa de si una alianza entre socialistas y Bildu provocaría un distanciamiento con Rubalcaba en la lucha contra ETA. Un "asunto de Estado", admitió ella, que sin entrar en la cuestión reiteró que "este Gobierno tiene una política antiterrorista clara que vamos a mantener". "Nosotros no vamos a codiciarla pero, indudablemente, el PSOE debe dar explicaciones a los ciudadanos", remató.
Por su parte, Mariano Rajoy se puso en contacto con Yolanda Barcina para darle "ánimo", según desveló la propia presidenta de Navarra. La relación entre ambos siempre ha sido buena una vez Miguel Sanz dejó la dirección de UPN.