Diversos medios internacionales se han hecho eco del despido de Pedro J. Ramírez como director de El Mundo. The New York Times dedicó una contundente noticia en la que aseguraba que el ya exdirector "acusó al gobierno de España de tomar represalias" contra él tras los últimos reportajes acerca de la trama Gürtel y Luis Bárcenas. Además de reproducir las declaraciones del periodista, el rotativo americano recuerda que no es la única acusación de interferencia del poder político en la libertad de prensa, y recuerda el caso del editor del hongkonés Ming pao.
Bloomberg también se hizo eco del despido, centrándose en la versión dada por Pedro J.: "El Mundo ha publicado una serie de historias el año pasado que pretenden demostrar que Rajoy recibió pagos ilegales por una trama secreta, y luego dio apoyo a Luis Bárcenas, el imputado por los pagos", explica.
El rotativo italiano Il Fattuo Quottidiano asegura que Ramírez es un periodista "demasiado independiente", lo cual desesperó al gobierno de Mariano Rajoy dado que "no podía controlarlo". Asegura que el cargo es "exceso culposo de libertad de expresión", porque el diario El Mundo no ha permitido que le "dicten la línea" y ha tenido que acabar sacrificando a su director. El medio italiano se refiere a la caída en desgracia de el periodista riojano con la publicación de "los papeles de Bárcenas", y a los 'avisos' del Ejecutivo. "En las ruedas de prensa del jefe del Gobierno a El Mundo, generalmente, se le negaba el derecho a hacer preguntas por decisión de la Moncloa", indica.
Sin embargo, The Guardian se suma a la "teoría económica" y aduce que solo existen motivos de esta índole para justificar el despido de Ramírez. "Las ventas muestran que las ventas de El Mundo se redujeron alrededor del 25% en los 10 meses posteriores a enero de 2013, en comparación con el 18% que lo hizo el diario El País, líder del mercado".
El alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung también se hizo eco de la salida de Pedro J. Ramírez y destacó cómo el diario fundado por el periodista se convirtió en el segundo más leído de España. También comentó las "especulaciones" en la prensa española sobre las razones de la decisión, enfatizando que el diario había seguido una "línea crítica" con casos como el escándalo Bárcenas y la infanta Cristina. Señalaba, además, que el grupo atravesaba una "situación económica complicada".